La concentración en la Ciudad de México, más allá de los números oficiales y de los organizadores, logró revivir al movimiento opositor. A través de la percepción se generó la idea de que Xóchitl y varios de los candidatos de la coalición están compitiendo y tienen posibilidades reales de ganar.
Y justamente eso es lo que requiere en estos momentos Xóchitl -y la alianza-, una percepción para lograr una votación atípica que ronde el 70 por ciento, una cifra contra la cual las estructuras de Morena no podrían competir.
Si la apatía y la modorra de los votantes se apodera de los mexicanos el domingo 2 de junio, difícilmente se logrará ese porcentaje que le permitiría a Gálvez sumar más de 30 millones de votos y así, hacerse de la Presidencia de la República.
La discusión está clara. Por un lado, se apuesta al “segundo piso de la 4T”, es decir, continuar por el camino que ha marcado Andrés Manuel; y por el otro se sumarán quienes auténticamente apuestan por los candidatos opositores y también quienes quieran emitir un voto de castigo.
Andrés Manuel ayer dio muestra de que no le importa seguir polarizando y que no tiene miedo al llamado voto de castigo.
Con la CNTE como esquirol y brazo armado de AMLO, porque nadie se cree el cuento de que luchan por los derechos de los maestros, el presidente usó una carta más.
Los mercenarios y agitadores están en su papel. Andrés Manuel, quien no acepta la disidencia ni la crítica, decidió que eran la herramienta necesaria para impedir el paso en casi todos los accesos al zócalo capitalino a la llamada Marea Rosa.
Al final, la concentración y la fotografía del momento se logró; la Bandera que Andrés Manuel había prometido no estuvo; y el cierre de calles lejos de inhibir la participación generó mayor encono entre quienes ya se han pronunciado contra su proyecto y la 4T.
La polarización que un día sí y otro también genera AMLO desde el Palacio Nacional y la “mañanera” dio sus primeros frutos. Quienes asistieron a la marcha rosa, más allá de apoyar a los candidatos de “Fuerza y Corazón por México”, lo hicieron para protestar contra López Obrador y sus decisiones.
En resumen, la marcha, pese al bloqueo de la CNTE y al berrinche de AMLO, resultó exitosa. Demostró que existe un número importante de mexicanos que están en contra de las determinaciones de Andrés Manuel.
El debate mejora, pero…
En el tercer encuentro el mayor logro es el cambio de formato que permitió un ejercicio más ágil e interesante.
Sin embargo, las acusaciones que se lanzaron difícilmente sumarán o restarán puntos a las dos punteras porque el ciudadano ya está saturado.
Los golpes son tantos que ya no representan un descalabro para ninguna de las coaliciones.
La evasión de Claudia Sheinbaum demostró que se le preparó para no engancharse.
Y para el movimiento opositor, como ya lo dije, el tanque de oxígeno se lo dio la marcha y no el debate.
De ahí que el tema que le debe preocupar a la 4T es la posibilidad real de que la elección cuente con una votación atípica y con ello, el triunfo que hoy sienten en la bolsa, se pierda.
Y aunque pareciera imposible, la pregunta es: ¿Alcanzará el enojo de los mexicanos para que la marea rosa logre el 70 por ciento de votantes?
En dos semanas, veremos y diremos.