La novela Bajo tierra seca de César Pérez Gellida ha sido galardonada con el Premio Nadal 2024 en su 80ª edición. El acto de proclamación se celebró el 6 de enero en el transcurso de la tradicional cena literaria del Hotel Palace de Barcelona.
Bajo tierra seca es un thriller rural al más puro estilo César Pérez Gellida sobre una enigmática y seductora viuda que en la Extremadura de principios del siglo XX marcó el destino de quienes se cruzaron con ella, tiñendo el camino que pisaba de pasión, sangre y barro. El jurado destaca la gran personalidad estilistica de esta novela.
Una vez más, coincidiendo con el Nadal, se ha realizado la entrega del Premi Josep Pla 2024 de prosa en lengua catalana que ha galardonado a Jaume Clatet por su obra La Germandat de l’Àngel Caigut.
Sobre la novela
Extremadura, principios del siglo XX. Antonia Monterroso, más conocida como la Viuda, es la propietaria de una de las mayores haciendas de la región; intenta mantenerla a flote en un momento en el que la hambruna que afecta las zonas rurales no parece terminar jamás. Pero un incendio destruye todo lo que con tanto empeño ha logrado construir y, tras él, ella desaparece sin dejar rastro.
El teniente Martín Gallardo se desplaza hasta el lugar junto con el sargento Pacheco para investigar lo sucedido. Cinco días atrás, la mujer interpuso una denuncia contra Jacinto Padilla, capataz de su finca y antiguo amante, a quien han detenido en la estación de Zafra con una bolsa llena de dinero y joyas. Él asegura que provocó el incendio por orden de Antonia y que la bolsa se la entregó ella porque iban a empezar una nueva vida lejos de allí. Durante el interrogatorio, Padilla confiesa una serie de hechos macabros que provocan un giro radical en una investigación que acabará tiñéndose de sangre. Gallardo, como todos los que viven por la zona, ha oído hablar de la enigmática Viuda, pero lo que todavía no sabe es que se enfrenta a un caso del que no saldrá indemne.
Del autor
César Pérez Gellida (Valladolid, 1974) es escritor. Ha publicado trece novelas, entre ellas las que componen las trilogías Versos, canciones y trocitos de carne (Memento mori, Dies irae, Consummatum est) y Refranes, canciones y rastros de sangre (Sarna con gusto, Cuchillo de palo, A grandes males); y otras como Todo lo mejor y Todo lo peor. Entre las más recientes, Nos crecen los enanos, Astillas en la piel y La suerte del enano.
80 años del Premio Nadal
Verano de 1944. Tras el éxito de su novela Mariona Rebull, el escritor y director del semanario Destino, un treintañero Ignacio Agustí, se pregunta cuántos escritores están todavía por descubrir en la aletargada literatura española de posguerra. Con el propósito de “despertar docenas de novelistas dormidos en los rincones anónimos del país”, Agustí piensa en una réplica del premio Joan Crexells que instauró el Ateneo Barcelonés en 1928 con la finalidad de revitalizar el género novelístico; plantea su idea a Josep Vergés y Joan Teixidor, socios del semanario y de Ediciones Destino.
Dotado con cinco mil pesetas -en aquella época de restricciones y racionamiento-, el galardón podría alumbrar bestsellers como Mariona Rebull. Las objeciones de Vergés, que considera elevada la dotación, contrastan con el entusiasmo de Teixidor: propone bautizar el premio con el nombre de Eugenio Nadal. Hermano de Santiago Nadal Gaya, Eugenio fue redactor jefe en los primeros números de Destino.