"Muchas gracias por todo lo que hicieron por mí en mi carrera, por aceptarme como soy, por haber llorado cuando lloré, cuando sonreí ustedes sonrieron. Sólo tengo que agradecer, desde el fondo de mi corazón, a todo el pueblo brasileño por todo el amor que me dieron. Hasta pronto, pero esta vez fuera de los campos". Un emocionado Ronaldo se despidió esta madrugada ante cerca de 30 mil personas que le jaleaban en las gradas del estadio Pacamebú de Sao Paulo.


“El Fenómeno”, máximo anotador de la historia de los mundiales (15 goles), que se retiró del futbol en febrero pasado, a los 34 años, jugó los últimos 15 minutos del primer tiempo del amistoso ante Rumanía 1-0.

En el descanso se despidió con una vuelta olímpica, enrollado en la bandera de Brasil y seguido por dos de sus hijos y por decenas de fotógrafos. Antes de comenzar el encuentro, en la pantalla gigante del estadio se vieron los mejores momentos del delantero con la camiseta "verde-amarela", con la que anotó 67 goles en 17 años.


En el descanso llegó la fiesta: el jugador - que se disculpó por haber fallado tres ocasiones claras en los 15 minutos en los que jugó-, fue aclamado por el público y el árbitro le obsequió con el balón y el silbato. También los jugadores se unieron a la fiesta y le hicieron un pasillo de honor.

Para terminar, envuelto en la bandera brasileña que le lanzó desde la grada un aficionado y al compás de la samba de los altavoces del estadio, Ronaldo caminó alrededor del campo despidiéndose de sus seguidores y escoltado por quince jóvenes con el uniforme de Brasil que portaban estandartes en los que se recordaba cada uno de sus quince goles en los Mundiales.