La Federación de Ciclismo Itlaiana ha suspendido a Riccardo Riccó, de 27 años, por un tiempo indefinido "por motivos inherentes a la salud del atleta".
El ciclista de Módena tuvo que ser ingresado de gravedad en febrero debido a que, según confesó al médico que le salvó la vida, se había practicado una autotransfusión con sangre que había guardado en el frigorífico y que no debía de estar en buen estado. Una vez recuperado, el ciclista desmintió haberle confesado tal extremo al médico. La federación evita así que Riccò volviera a competir el lunes en la Vuelta a Serbia, según había anunciado el corredor tras fichar por un equipo napolitano de tercera división, el Meridiana-Karmen.
Mientras, paralelamente, Etore Torri, fiscal antidopaje del Comité Olímpico Italiano (CONI), prosigue su trabajo de investigación para decidir si solicita una suspensión de por vida para el ciclista, quien ya fue expulsado del Tour de Francia de 2008 tras dar positivo por CERA y sancionado con 18 meses de suspensión.
A comienzos de esta semana, el fiscal que investiga las posibles consecuencias penales de las acciones de Riccò (en Italia el deportista que se dopa también está perseguido por el código penal), le envió las declaraciones del médico de Pavullo así como los datos clínicos recabados en el hospital en el que estuvo ingresado.
Inmediatamente Torri se los hizo llegar a un hematólogo para que decida si esos datos y la enfermedad renal que sufrió Riccò son compatibles con una autotransfusión. Si así fuera, solicitaría rápidamente una sanción disciplinaria.