El español estuvo a placer y disfrutó como un niño de la ocasión de volver a su querido Wimbledon, donde debe vencer para intentar mantener el número uno, puesto que perderá aunque levante la Copa si el serbio Novak Djokovic está en el partido decisivo.
El número uno se enfrentará ahora al americano Ryan Sweeting el miércoles en su segunda ronda.