"A pesar de que la B Nacional (Segunda División) es un torneo muy complicado y competitivo, la manera de volver a Primera no es ningún misterio”, afirmó quien es el máximo dirigente del futbol argentino desde 1978.
Agregó que “ha habido otras instituciones grandes que en su oportunidad les ha tocado descender y luego se han logrado recuperar", en referencia a Independiente y Racing, que perdieron la categoría sólo una temporada a principios de la década de los 80.
Grondona, quien está peleado con el presidente de River Plate, Daniel Passarella, advirtió que "en estas circunstancias, al menos para mí, lo mejor es callarse, escuchar a los que tengan cosas que decir y después analizar”.
Consideró que no es momento de buscar culpables de la debacle futbolística del club rojiblanco, sobre todo porque “no quiero que me metan en líos, son los socios y los hinchas de River los que van a profundizar en las causas por las que el club perdió la categoría”.
"Insisto: no es momento de expresar o hablar sobre el porqué de esto que ocurrió. Tiene que pasar el tiempo, hay que callarse y escuchar. Con orden, haciendo bien las cosas, se puede volver a Primera", señaló.
El histórico descenso de uno de los clubes con mayor prestigio de América Latina tuvo su costado irónico con la distribución de cientos de afiches que los fanáticos de su legendario rival, Boca Juniors, crearon para burlarse de su situación.
Sin embargo, en un plano más serio, la violencia que se desató la víspera en el Estadio Monumental y sus alrededores continuó con mensajes a antiguos directores técnicos.
Fue el caso de Diego Simeone, quien condujo al equipo rojiblanco durante dos temporadas que culminaron en un fracaso y cuya esposa denunció vía twitter que los “barrabravas” amenazaron con represalias a toda su familia.
“Ahora amenazan a Diego y a mis hijos. Yo no lo puedo creer, los otros DT (técnicos) tuvieron 100 puntos para hacer y no hicieron nada tampoco”, señaló.