Chávez encabezó el arribo del equipo mexicano a Pereira, donde el miércoles jugará el encuentro semifinalista. Por la mañana estuvo en la práctica de los suplentes en la cancha el “Campincito” y aproximadamente a las 17:00 horas hizo su aparición en la salida del aeropuerto, donde hizo declaraciones a la prensa.
“Estoy contento (por volver a Pereira) y ahora me voy con Sergio (Almaguer) y Carlos Ortega a ver el partido de Brasil contra España y esperando rival”, dijo en alusión al regreso a esta ciudad, donde el equipo mexicano eliminó a Camerún en octavos de final.
Chávez todavía disfruta, sin exageración, la victoria sobre el anfitrión Colombia, el sábado en el Estadio El Campín, pero está más tranquilo porque “este equipo demostró que sabe jugar”.
Admitió que su escuadra “estaba en deuda y sin embargo nos instaló en cuartos de final y ayer en el partido más complicado y difícil, el conjunto mejoró después de los 25 minutos”.
Con un tajante “no” respondió cuando se le preguntó si se pueden echar las campanas al vuelo o debe imperar la sensatez.
“Cada partido será distinto, sí me gustó que el equipo despertó, recuperó la memoria de que puede jugar bien al futbol, creo que va en ascenso, no nos podemos relajar, tenemos que seguir apretando”.
Del contrario entre Brasil y España, dijo que “al ver a la distancia, Brasil es un equipo individualista de muy buenos jugadores y España un buen conjunto en lo colectivo”.
Agregó que “los dos son difíciles, y el equipo mexicano vivió un envión de encontrarse en los penales, de que el equipo haya ganado”.
“Creo que los muchachos sacaron un poco de presión, tensión y ansiedad y creo que ante Colombia jugó mejor, sin antes haber sufrido los primeros 25 minutos y después el equipo se sentó bien en la cancha”, aseveró.
Dijo que “los chavos están contentos, pero no nos puede rebasar la euforia. Nosotros venimos por siete partidos, ya los aseguramos, pero lo importante es jugar el séptimo en la final”.
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