Nadie ha tenido noticias de Michael Obi desde que el viernes no volvió a casa, después del trabajo, en Jos, la capital del estado nigeriano de Plateau.
El jugador recibió la noticia de la desaparición de su padre el domingo antes del partido de liga del Chelsea contra el Stoke City, pero decidió jugar para "no decepcionar" a su equipo y a su familia.
Aunque la familia no ha tenido ningún tipo de contacto con el secuestrado, creen que está en buenas condiciones, según explicaron a la BBC.
El representante del jugador del Chelsea, John Ola Shittu, dijo que todos en la familia se mantienen "esperanzados" y que este momento está siendo "duro" para Obi Mikel.
De momento, nadie ha reclamado el secuestro o un rescate pero la familia del jugador denunció la desaparición ante la policía en Nigeria y están tomando todas las medidas necesarias para localizarlo, según el representante de Obi.
Los secuestros de trabajadores de empresas petroleras y personas adineradas son bastante comunes en Nigeria y los futbolistas y sus familias se han convertido en un objetivo cada vez mas atractivo para los delincuentes.
En julio de 2008, el hermano mayor del jugador nigeriano del Everton Joseph Yobo fue secuestrado en Nigeria, en la ciudad de Port Harcourt, y liberado dos semanas después sin que quedara claro si se pagó un rescate.