La imagen del torero levantándose de la arena con las manos tapándose el rostro ensangrentado ha causado gran impresión entre los espectadores y entre los profesionales que participan en el segundo festejo pilaristas. Entre rabia y gritos de dolor se le escuchó gritar “no veo”
El equipo médico procedió a intubar al torero, intentado estabilizarlo y, sin intervenir, fue trasladado al hospital Miguel Servet de la capital aragonesa, el centro médico de referencia. Una UVI médica salió con urgencia desde la enfermería de la plaza de toros de La Misericordia, atravesando la ciudad.
El equipo médico del doctor Val Carreres se limitó a estabilizar al herido y ordenar el traslado urgente al hospital de referencia de la Comunidad aragonesa. Entre quienes llevaron al diestro a la enfermería la desolación era tremenda. Uno de los subalternos de la cuadrilla de Padilla, Vicente Yesteras, explicaba que el pitón le había entrado por detrás, cerca de la oreja, otros con gestos de dolor, señalaban que le había destrozado la cara.
El torero llegó a la enfermería “con síntomas de asfixia”, tras recibir la cornada, que entró por el “maxilar superior posterior”, penetrando hasta afectar la zona auricular y el ojo izquierdo de Padilla.