Los diez títulos que acumula, su política ostentosa de contar con jugadores considerados figuras y su antagonismo hacia el equipo más mexicano como lo es el Guadalajara, lo convirtieron con el paso de los años en uno de los grandes del futbol nacional.
Este prestigio que tanto tiempo costó construir ha ido en total decadencia en los últimos seis años, luego del título conseguido en el Torneo Clausura 2005 bajo el mandato de Guillermo Cañedo, quien renunció a la presidencia en 2008 cuando el equipo ocupó el último sitio de la clasificación general con sólo 11 puntos.
Su lugar fue ocupado por Bauer, quien a su proyecto lo bautizó como una “reingeniería” que tenía como objetivo regresar al equipo a los primeros planos. Pese a que Juan Antonio Luna se encargó de llevar al equipo a semifinales de la Copa Libertadores, la falta de tacto y capacidad del presidente lo llevaron a buscar la “solución” fuera del país.
El argentino Ramón Díaz, quien nunca había dirigido fuera de su país, fue el elegido para intentar regresarle el protagonismo a este equipo, sin embargo, en su primera temporada fracasó al quedar fuera de la liguilla.
Durante el intermedio de cara al Clausura 2009, el “Pelado” se promocionó en su país para hacerse cargo del River Plate, en una total burla hacia el América, con el que tenía contrato; pese a eso Bauer y el en ese entonces director deportivo, Jaime Ordiales, lo confirmaron en el cargo.
Para dicha temporada el desembolso fue muy fuerte con las llegadas de gente como Pavel Pardo, el brasileño Robert de Pinho, Andrés Chitiva, el argentino Fernando Ortiz y Juan Carlos Valenzuela, quienes no pudieron evitar el fracaso de Díaz, quien salió de la institución en la cuarta fecha.
Su lugar fue ocupado por Jesús Ramírez, quien no pudo evitar que el equipo cumpliera su cuarta temporada sin liguilla. Aunque en el Apertura y Clausura tuvo momentos muy importantes, su estilo de juego poco espectacular y la caída en cuartos de final lo dejaron fuera de la institución.
Para el Apertura 2010 se regresó a fórmulas ya gastadas con Manuel Lapuente, quien superó la barrera de los cuartos de final, pero fue eliminado. Su segundo ciclo al frente de este cuadro llegó en el Clausura 2011, cuando arribó otro viejo conocido y exfigura de este equipo en los años 70, el chileno Carlos Reinoso.
Más con discurso del “americanismo” que con un buen futbol, el “Maestro” logró calificar al equipo a la liguilla y a octavos de final de la Copa Libertadores, quedándose ahí para que la institución sumara un fracaso más.
Para el Apertura 2011, más que preocuparse por encontrar la solución a la mediocridad del equipo, además de mantener a Reinoso, se realizó una campaña de publicidad que debido a los malos resultados fue completamente contraproducente, además de predecible.
A Reinoso se le agotó su discurso de amor hacia el “Ame” y dejó al equipo sumido en una crisis que los tiene en los últimos sitios de la clasificación, de la cual es complicado que logre sacar Alfredo Tena, quien llegó a ocupar su puesto.
Los cambios no sólo se han dado en cuanto a entrenadores, sino que ha tocado departamentos como el de mercadotecnia y el de prensa, así como a nivel directivo con la llegada de Luis Roberto Alves “Zague” y la recién salida de Jaime Ordiales como vicepresidente adjunto, lo que todo indica es el inicio de una última modificación que la afición pide a gritos desde hace mucho tiempo.
Así, ubicados en el sitio 16 de la clasificación general con apenas 11 puntos de 36 disputados, las Águilas celebrarán un triste y gris 95 aniversario, en espera de salir de esta crisis y recuperar su grandeza.