El torero español David Galván fue embestido, sin gravedad, durante una corrida en la fiesta taurina de la "Feria Jesús del Gran Poder", que se celebra en Quito.

La jornada de hoy era la séptima corrida de abono, en la que se celebró una novillada con el debut del español David Galván, en un mano a mano con el ecuatoriano Pablo Santamaría y con la alternancia del portugués Rui Fernandes, ante ejemplares de la ganadería de Mirafuente.

Con un tercio de público en la plaza, en un día agradable, de poco sol, los aficionados del coso quiteño gozaron de un entretenido festejo menor que comenzó con Santamaría.

 No hay muerte del toro

Desde el pasado 7 de mayo, a través de una consulta popular, los quiteños decidieron que en esta ciudad no se podían realizar espectáculos en los que se matara a animales, por lo que este diciembre es la primera vez que la feria no termina con la muerte del animal en la arena.

Santamaría fue ovacionado cuando, en su primer toro, con el capote y la faena de muleta en las dos manos, simuló la suerte suprema del mamífero. El ecuatoriano, con su segundo toro, volvió a estar voluntarioso con el capote y la muleta para terminar su labor con una aplaudida vuelta al ruedo.

Embestido

Después, el español saltó a la arena para levantar las pasiones de los asistentes. En uno de los momentos, el toro lo embistió entre los gritos de la gente, pero, pese al golpe, Galván se zafó de un daño mayor y el cuerno del animal sólo le provocó un leve rasguño en el pantalón.

Galván también simuló con el capote y la muleta la muerte del animal y su actuación fue galardonada con la entrega de la oreja de su enemigo. En el segundo de su lote, Galván volvió a estar alegre con el percal y con la muleta, realizó una voltereta espectacular, que no le mermó sus ansias de triunfo. Continuó su labor, aplaudida, al término de la cual mereció otra oreja.

 

El rejoneador portugués Ruiz Fernández, en su primer enemigo conquistó al público desde la cabalgadora colocando las banderillas largas y cortas entre los aplausos del espectador. Entusiasmó con la suerte de la rosa, un tipo de banderilla corta con un pompón rosa, y tampoco dejó de figurar la suerte suprema del animal, por lo que fue aplaudido fuertemente.