Gallos Blancos fue el cuadro revelación del semestre anterior al meterse hasta la liguilla, eliminar al superlíder Guadalajara y quedar fuera a manos del entonces futuro campeón, Tigres, algo que hizo en base a mucho corazón y grandes actuaciones individuales de gente como Liborio Sánchez, así como el uruguayo Carlos Bueno.
Ahora, el cuadro del paraguayo José Saturnino Cardozo necesitará combinar eso con un mejor desempeño futbolístico y encontrar a ese hombre que ocupe el sitio que dejó Bueno, el mejor goleador de la liga mexicana en 2011.
En condición de local a los queretanos no les ha ido muy bien ante este adversario capitalino, pues de nueve juegos disputados ha perdido cuatro, igualado el mismo número y ganado solo uno (Apertura 2006).
Por su parte, Águilas quiere terminar con los fantasmas del fracaso que se fueron apoderando de la institución durante la gestión de Michel Bauer y se presentan con un nuevo proyecto que encabeza Ricardo Peláez, como presidente deportivo, y el técnico Miguel Herrera.
La historia forjada durante 95 años no le permite al cuadro “azulcrema” seguir sumido en la mediocridad que caracterizó sus últimas temporadas y deben regresar a los primeros lugares, pero no sólo con buenos resultados, sino también con un futbol que ofrezca espectáculo.
Al menos eso fue lo que ha prometido el “Piojo” Herrera, quien sabe bien que esta es la gran oportunidad que esperaba y que de hacerlo bien, es decir, con la obtención de un título, se puede catapultar a la selección mexicana en el futuro.
Para cumplir con las expectativas el estratega llegó de la mano con gente de su total confianza, como el portero Moisés Muñoz y el mediocampista Christian Bermúdez, además de José María Cárdenas y el venezolano Oswaldo Vizcarrondo. A cambio se fueron Armando Navarrete, Angel Reyna y el uruguayo Vicente Sánchez.
América ha dominado por completo los últimos partidos que ha disputado ante su rival en turno en cualquier campo, con seis triunfos, tres empates y una derrota.