Alrededor de mil 500 salvadoreños cumplieron la promesa de llevarle “serenata” a su rival de este martes. Con banderas quemadas, cohetones, tambores y ánimos enardecidos intentaron apagar la quietud del interior del hotel donde descansa la Selección mexicana.
Y es que, la afición salvadoreña lo hizo con la plena convicción de que “La selecta” es su amor, y los mexicanos son “culeros” y no bienvenidos, además de que quedaran desilusionados con ver el triunfo del equipo de los aficionados salvadoreños, en el Estadio Cuscatlán.
Alrededor de las 20:00 horas, docenas de fanáticos locales, esperaron el autobús de Tri para insultar a los jugadores desde lo alto de un puente. Los jugadores volvían a su hotel de concentración en el Boulevard de los Héroes, tras el entrenamiento vespertino, en una de las zonas más agradables de la capital salvadoreña.
Miembros de la comitiva del equipo azteca se asomaron al final de la cena del equipo, aproximadamente a las 22:00 horas, seguros el ruido no llegase en lo más mínimo a las habitaciones de los jugadores, ubicadas al fondo del inmueble y con vidrios antirruido.
¡Mexicanos culeros, culeros!”, era el grito enardecido, desbordado de pasión y al límite entre el amor propio y la animadversión, que por momentos llegaba a la violencia.