Por la mañana, Peña Nieto había asistido al cierre de campaña del candidato de su partido al gobierno de Morelos, Amado Orihuela, en la ciudad de Cuautla, donde dijo que la elección que tendrá lugar dentro de nueve días "dará la oportunidad de crear un México nuevo", de reorientar el país, sobre todo para dar una mejor calidad de vida a los ciudadanos durante los próximos seis años.

Subrayó que en sólo nueve días se definirá el impacto en la calidad de vida de los mexicanos: "Les pido su voto de confianza para hacer realidad lo que todos queremos. Vamos por un México que nos dé mayor orgullo a partir de crecer, de generar mayor progreso y desarrollo para las familias y que éstas sientan los beneficios del nuevo gobierno que voy a encabezar", subrayó.

Peña Nieto se trasladó posteriormente al puerto de Veracruz, donde en el malecón se habían concentrado ya unas 60 mil personas, ante las cuales el abanderado de la alianza Compromiso por México se entregó literalmente, al grado de que dejó de lado el discurso político para dar paso a uno de carácter coloquial que gustó a los asistentes.

El estrado diseñado para este evento era más pequeño que de costumbre y al término del evento, cuando el candidato saludaba a los asistentes, su esposa Angélica Rivera, quien se encontraba ya a su lado, estuvo a punto de caer, lo que evitó uno de los candidatos a cargos de elección popular que se encontraba a un costado de ella y la asistió en el difícil momento.

En su discurso, Peña Nieto dijo que "es hora de sacar al país del empobrecimiento en que está sumido desde hace 12 años, así como del hundimiento y la desesperación que provoca el secuestro de la libertad a causa de la violencia y la extendida acción del crimen organizado".