Matadores de toros, asociaciones y aficionados a la fiesta brava exigieron al gobierno de Puebla transparencia tras la orden que dio de demoler la plaza de toros El Relicario, que se ubica en la zona histórica de los Fuertes de Loreto y Guadalupe.
En rueda de prensa, Manuel Gil Vargas, especialista y aficionado a la fiesta brava, lamentó que los amantes a la actividad taurina hasta el momento no hayan sido informados de manera oficial sobre esta determinación, ya que se enteraron por medios de comunicación y por el aseguramiento que la policía estatal hizo del inmueble.
La semana pasada José Cabalán Macari Álvaro, secretario de Administración estatal, confirmó que terminó la concesión a la empresa Protauro, de Juan Huerta Ortega para la operación de la plaza de toros, y anunció la demolición del inmueble para la construcción de nuevos proyectos, sin precisar cuáles.
"El terreno que actualmente ocupa El Relicario puede ser usado para complementar los servicios del Centro Expositor, y la intención es hacer de Los Fuertes un área integral con restaurantes, servicios y hoteles para atraer turistas", dijo entonces el funcionario.
Por lo anterior, los inconformes señalaron que ante el inminente hecho, esperan que el gobierno tenga ya decidido dónde estará la nueva plaza de toros, que el predio y la plaza sean donados a la afición poblana, además de que les entregue la estructura de El Relicario, toda vez que al gobierno sólo le pertenece el predio.
Gil Vargas anunció que ante el hecho confirmado de la demolición, y en caso de no obtener una respuesta favorable por parte del gobernador Rafael Moreno Valle, se manifestarán el día de la demolición de la plaza de manera pacífica, vestidos de negro y con cartelones, para expresar su inconformidad.
De acuerdo con el empresario Juan Huerta son 233 personas las que se quedan sin empleo de manera directa, más los empleos indirectos como los vendedores de dulces, refrescos, comida, cuidadores de coches, además de los subalternos y personal de apoyo en el inmueble.
Esta sería la segunda ocasión que el gobierno del estado tiraría la plaza de toros de Puebla. En 1973 fue demolida la plaza de toros El Torero, que se ubicaba en la calle 19 Sur y 11 Poniente de la colonia Santiago, en esta ciudad, ocasionando que durante 15 años no hubiera fiesta brava en Puebla.
Fue en 1988 cuando un empresario construyó la plaza de toros El Relicario Joselito Huerta, un proyecto del arquitecto Gilberto de Ita, quien, en la conferencia de prensa, explicó que se construyó de manera semifija porque el predio es del gobierno, por lo que demandan a las autoridades entregar la estructura y no demoler el inmueble.
En la rueda de prensa estuvieron presentes miembros de la Asociación Taurina de Puebla, Afición Taurina de Puebla, así como algunos matadores poblanos, novilleros, sastre de toreros, subalternos y aficionados a la fiesta de los toros.