El 2013 nos dejó muchas alegrías, cosas que siempre se quedarán en la mente, algunas de ellas de presumir otras para guardar.
A principios de año, nuestro orgullo, Gustavo Ayón defendía los colores de Milwaukee tras ser traspasado por Orlando meses antes. El nayarita comenzaba a tener algo que no pasaba hace mucho, tiempo, sí, ese factor que necesitan los foráneos para sobresalir en una de la principales ligas deportivas del mundo.
Ayón y los Bucks luchaban semana a semana por colarse a los Playoffs de la NBA, toda la afición mexicana estaba al pendiente de sus actuaciones ¡Por fin se hablaba de basketbol en los programas deportivos!
En lo personal era se suma alegría comentar las actuaciones de aquel que en su momento, jugaba en la ciudad de Puebla.
Concluyó la temporada, con ello el pase a Postemporada de Milwaukee ¡historia pura señores! Ya que desde el 2005 con Eduardo Najera en Denver, México no tenía un represente en la fase final del torneo.
El sueño terminó de una manera dolorosa, lo Bucks fueron barridos en cuatro juegos, pero se cumplió con el propósito ver “Tavo” sobre la duela, algo que a mucha gente nos llenó de orgullo.
Rey Lebron
La fase final marcaba un Miami hambriento, dispuesto a comerse las críticas y dudas que generaba con el andar del certamen. La prensa norteamericana presionaba a Lebron tachándolo de que nunca sería como su majestad, Michael Jordan.
James no sólo fue el MVP de la final, sino de la Postemporada, ya que en los momentos claves supo sacar a flote los problemas, la serie final de conferencia ante Indiana que se fue a siete juegos, tenía a un equipo dispuesto a hacer historia, misma que llegó al vencer dramáticamente en siete juegos a la experiencia de los Spurs.
Sólo el tiempo dirá si Lebron podrá superar lo que un día Jordan forjó con aquellos Toros de Chicago de los años noventa.
La gloria de América
De último minuto tras la cancelación de Panamá al Torneo FIBA de las Américas, México aceptó el reto y llevó en sus filas a lo mejor que tenia disponible, desde las estrellas de la Liga Nacional de Basquetbol (LNB) hasta nuestro máximo orgullo, el nayarita Gustavo Ayón.
México inició el certamen con el pie derecho, venciendo al anfitrión Venezuela, fue en ese momento que la prensa mexicana volteó a Sudamérica.
Siempre es triste que alguien se “cuelgue” del logro ajeno, ya que para ese torneo ningún patrocinio, organismo, asociación apoyo a esos hombres.
Con sus propios recursos estos héroes lograron lo imposible, dejaron de ser el “hasmereír” de las competencias. Vencieron al enemigo y a las criticas, demostraron que el hambre es el principal motor de cualquier sueño.
El torneó culminó con la conquista del título, además Gustavo Ayón se coronó MVP de América y México logró asistir a un Mundial de la especialidad, algo que no ocurría en más de 40 años.
La alegría de México
Cuando el tópico FIBA terminó por desgastarse, aparecieron unos infantes que con su inocencia cautivaron, no sólo a México y América, sino a todo el mundo, los Niños Triquis.
En octubre de este año, los niños Triquis jugaron en Argentina donde dieron unas palizas a los conjuntos “che´s”. México se proclamó campeón del certamen, no se necesito de tenis de marca o playeras “Dri-Fit”nada, los niños jugaron descalzos con el corazón enfrente.
Ahora los Niños Triquis viajan por el mundo recibiendo el respeto y reconocimiento que se han ganado a pulso. Este tipo de historias merecen ser recordadas por siempre.
El gozo nos duro mucho tiempo, cuando el sexo femenino levantó la mano en el baloncesto. Eran niñas bayonetas de Puebla, sí, esas hermosas princesas que conquistaron la Copa del Caribe, siendo reconocidas las mejores del certamen en la categoría Sub 14 y Sub 12.
A todos los poblanos se puso "la piel de gallina" cuando estas chiquitas ganaron la Copa del Mundo en Argentina y después la Copa del Caribe. Mucho éxito para estas pequeñas, que los organismo, federativos y demás apoyen a quien más lo merecen.
Vergüenza en México
El año terminó en materia de baloncesto terminó de la peor manera, lo que en un momento debería ser fiesta terminó en pena ajena.
La lujosa Arena Ciudad de México albergaría un partido de temporada regular de la NBA, un logro importante que consiguió patrocinios, liga y aficionados.
Desgraciadamente un maldito y estúpido generador de luz arruinó la noche. El aparato explotó ocasionando una terrible humareda que prendió en ese momento los focos rojos de seguridad.
Para buena fortuna, no pasó a mayor la situación, no se registró ninguna perdida humana.
Al final ambos equipos, San Antonio y Minesota optaron por suspender el partido, la derrota estaba consumada. La prensa no tuvo piedad ante tal vergüenza, la duda quedará si México estará listo para volver a planear otro evento de tal magnitud.
Manolo Rodríguez
@manuelistiko