Cuando faltan dos semanas para el inicio de la Copa Mundial de Fútbol en Brasil, los cubanos sienten ya la pasión del más universal de los deportes.
En el país caribeño, hablar de béisbol o de pelota, como más se le denomina, es algo que ocurre a diario pues se trata de su disciplina deportiva nacional.
El deporte de las bolas y los strikes es el único que mueve a millones de aficionados a lo largo y ancho de la ínsula durante las series nacionales.
En el más reciente torneo cubano, el "play-off" final entre los equipos Pinar del Río y Matanzas, de las provincias homónimas, resultó uno de los más emotivos de los últimos tiempos, según expertos y aficionados.
Con estadios repletos, el tope al mejor de siete juegos fue ganado por los "pativerdes" pinareños, dirigidos por el experimentado Alfonso Urquiola, triunfo que era deseado por la inmensa mayoría de la afición cubana.
Pero con el final de la Serie Nacional, los aficionados volcaron su atención hacia "el deporte de las multitudes", en particular las finales del campeonato de España y de la Liga de Campeones de Europa, en espera de la Copa Mundial de Brasil-2014, prevista del 12 de junio al 13 de julio próximos.
Con enorme satisfacción los fans cubanos recibieron la noticia de que, a pesar de que no estarán representados en la cita mundialista, la televisión local transmitirá los 64 partidos del certamen.
Desde el Mundial de España-1982, la TV cubana comenzó a ofrecer algunos partidos de las Copas Mundiales de fútbol, y durante la pasada edición, Sudáfrica-2010, la transmisión abarcó todos los encuentros, la mayoría en directo, a pesar de lo costoso de tales transmisiones y de las dificultades económicas de la isla.
Había tanto interés que se habilitaron cines para trasmitir en directo los partidos y miles de jóvenes los desbordaron, acudiendo envueltos en las banderas de los equipos y con los rostros pintados con sus colores.
En su programación regular, la televisión nacional cuenta con varios programas sobre fútbol y transmite en diferido los cotejos de las principales Ligas de Europa y América.
Aunque Cuba está muy lejos de ser competitiva en fútbol a pesar del esfuerzo de las autoridades deportivas locales, el anuncio de transmisión del Mundial crea un gran ambiente balompédico en el país, apoyado por informaciones, comentarios y pronósticos de los posibles ganadores por parte de la prensa especializada.
Los miles de seguidores con que cuenta el fútbol en la mayor de las Antillas añoran volver a ver a un equipo cubano en una Copa Mundial.
Cuando se les habla del tema, los aficionados recuerdan con nostalgia la única participación de Cuba en una lid balompédica del orbe, que ocurrió en la III edición que tuvo por sede a Francia en 1938.
La selección cubana asistió como invitada y debutó con empate a tres goles con su similar de Rumania, a la que luego venció 2-1 en partido de repetición, pero en cuartos de final cayó ante Suecia por goleada de 0-8, lo que se considera la peor derrota de la historia del fútbol cubano.
Desde entonces, Cuba nunca más ha participado en un Mundial, al no lograr reunir un conjunto capaz de ganar uno de los tres boletos que oferta la clasificatoria regional de Norte, Centroamérica y el Caribe.
A falta de participación cubana, la afición mira al subcontinente y tanto Brasil como Argentina se convierten en sus ídolos por excelencia, aunque también son muchos los que se fijan más allá del Atlántico y dan votos por España, Italia y Alemania.
Como parte de esa fiebre por el fútbol, niños y jóvenes sueltan bates y pelotas de béisbol y comienzan a patear balones, con algunas camisetas de Lionel Messi o Cristiano Ronaldo, ya sea en canchas como en terrenos baldíos, e incluso en calles de poco tráfico.
Como ocurre cada cuatro años, autoridades y periodistas hablan ya de aprovechar ese ambiente para la captación de talentos, mientras los aficionados programan sus vacaciones para disfrutar del Mundial.