La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, se mostró confiada en que la población del país abandonará las protestas callejeras durante el Mundial de fútbol para acompañar con "los amigos" y "la familia" el torneo.

"Tengo la total convicción de que el pueblo hará como siempre hizo: se juntará con los amigos, con la familia, con la comunidad, comprará una cervecita, encenderá la televisión y asistirá al Mundial apoyando a nuestra selección", dijo la mandataria en un acto en el estado de Minas Gerais (sureste de Brasil).

Rousseff se refirió a las protestas que hay desde el año pasado en el país y que se convocaron también durante el Mundial para protestar contra el dinero gastado por el Gobierno para realizar el Mundial, y destacó que todas las obras hechas "quedan para el pueblo brasileño", y mostró una vez más su confianza en que la población recibirá de brazos abiertos a los miles de turistas esperados.

"Somos un país de gente generosa, alegre, calurosa y gentil. Esto es lo que somos y lo mostraremos a las personas. Piensen como yo, nadie que visita Brasil sale de aquí y vuelve a su país con un estadio en la maleta, con un aeropuerto, con obras de mobilidad urbana, como los corredores para autobuses y los metros, no", dijo en alusión a las críticas de parte de la sociedad por el coste de las obras.

En los últimos días, varias de las ciudades que recibirán los partidos del Mundial vienen sufriendo diferentes tipos de protesta. Sin ir más lejos, centenares de profesores públicos, en huelga desde hace días, se manifestaron hoy en Río de Janeiro, mientras que en Brasilia, otro grupo de personas también salió a las calles para protestar contra el dinero invertido para organizar el Mundial.

Foto: Agencia Xinhua