Aficionados celebraron en el Ángel de la Independencia y en el Zócalo capitalino el empate de la selección mexicana frente a Brasil en el Mundial de Futbol. 

La Plaza de la Constitución olvidó por más de 90 minutos marchas y manifestaciones y concentró los gritos y aplausos de miles de capitalinos que se unieron para disfrutar la actuación del representativo mexicano en su segundo partido de Brasil 2014, precisamente contra el anfitrión.

Con el sol en lo más alto, los visitantes al primer cuadro de la ciudad dejaron pendiente su trabajo y retrasaron el camino de regreso a casa para disfrutar del juego contra el equipo pentacampeón del mundo en la megapantalla instalada en ese lugar.

¡Ahí va el agua! ¡Baja tu sombrilla! clamaba la gente a quienes buscaban un poco de alivio a los intensos rayos solares bajo sus paraguas que obstruían la visión para apreciar las incidencias del encuentro.

Pero esos gritos fueron silenciados por todas y cada una de las atajadas del portero nacional Guillermo Ochoa, quien materializaba la ilusión de los mexicanos reunidos en la histórica plaza de no ser testigos de una derrota ante la escuadra brasileña, con la que México siempre había perdido en enfrentamientos en copas del mundo.

Con la circulación cerrada al tránsito vehicular, los visitantes más preparados colocaron bancos y sillas plegables para hacer más confortable su experiencia que por varios minutos llegó a ser una fiesta con la emoción de las llegadas de los dirigidos por Miguel Herrera a la portería rival.

Una fiesta a la que sus invitados llegaron con pelucas de los colores nacionales, los cuales plasmaron en sus rostros y sombreros con forma de balón de futbol.

Pese a que la victoria no coronó las múltiples emociones que experimentaron los aficionados, ellos celebraron el silbatazo final que decretó el empate sin goles del partido, como si fuera un triunfo.

Papel picado volando, líquidos por los aires y el grito de ¡México! ¡México! ¡México! se impusieron en el Zócalo capitalino, con el ánimo que les brindó saber que el equipo tricolor continúa peleando en esta justa deportiva que sólo se vive cada cuatro años.

Una vez concluido el cotejo, poco antes de las 16:00 horas, los aficionados se ubicaron en esquinas de Paseo de la Reforma, en las inmediaciones del Ángel de la Independencia, para gritar porras al representativo mexicano.

Posteriormente, comenzaron a caminar alrededor de la glorieta del emblemático monumento, por lo que personal de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF) aplicó cortes a la circulación vehicular para garantizar el orden.

La policía capitalina cerró la vialidad en Paseo de la Reforma, desde la Glorieta de La Palma, así como en el cruce de Río Tíber y Florencia.

En el operativo de prevención y vigilancia participan al menos 800 elementos de SSPDF, cuyo número se podría incrementar de acuerdo con las circunstancias.

Un grupo de aficionados llegó al Ángel proveniente del Zócalo capitalino, luego de presenciar el empate a cero de México y Brasil, disputado en el Estadio Castelao de Fortaleza, Brasil, y en el que Guillermo Ochoa, guardameta mexicano, se convirtió en el héroe.