A Caroline Wozniacki le tomó 43 majors y dos intentos fallidos en las finales antes de conquistar finalmente su primer título de Grand Slam.

Una de las primeras cosas que hizo la danesa como campeona fue disculparse con la máxima cabeza de serie, la rumana Simona Halep, tras su victoria por 7-6 (2), 3-6,6-4 en la final del Abierto de Australia el sábado.

“Lamento haber tenido que ganar hoy, pero estoy segura de que tendremos muchos partidos en el futuro. Fue un partido increíble, una pelea increíble y de nuevo, lo siento", declaró.

Siete años y medio después de su primera final en uno de los cuatro grandes torneos del circuito, la danesa logró por fin conquistar un título que se le resistía y podrá eliminar por fin la frase "pero nunca ha ganado un major" de su currículum.

“Siento haberme tomado solo un segundo para abrazar a Daphne", dijo la nueva poseedora del trofeo para la campeona individual femenina.

“Soñé con este momento tantos años, que estar aquí ahora es un sueño hecho realidad", aseguró.

Además, relevará a Halep en lo más alto del ranking de la WTA, un puesto que ya ocupó hace seis años.

Halep tiene ahora una foja de 0-3 en finales de majors tras caer en dos ocasiones en Roland Garros.

Wozniacki, de 27 años, es la tercera tenista que se estrena como campeona de uno de los cuatro títulos del Grand Slam en el último año, desde que Serena Williams, que sumó su 23er major en Australia en 2017, se retiró temporalmente para ser madre.

Wozniacki perdió dos finales del Abierto de Estados Unidos -en 2009 y 2014- y Halep perdió dos finales del US Open antes de su encuentro en Melbourne Park.

Fue la primera vez en la era del Abierto que las jugadoras mejor clasificadas en el primer y segundo sitios se enfrentaron en una gran final sin haber ganado un título de Grand Slam. Así que había una presión sustancial.

En el caso de Halep, fue la primera vez que una jugadora salvó puntos de partido en varios partidos para llegar a la final.

Halep, que estaba jugando con el tobillo izquierdo lesionado y que se había recuperado de una ruptura en el tercer set para liderar 4-3 cuando Wozniacki se tomó un momento por razones médicas para que le vendaran la rodilla izquierda, se quedó sin fuerza.