El arranque de la Selección Mexicana en la Copa Oro fue accidentado, polémico y gris, luego de empatar sin goles ante su similar de Trinidad y Tobago.

La selección azteca, comandada por Gerardo Tata Martino, trató de sacar el triunfo en Arlington, Texas, Estados Unidos, sin embargo, los caribeños mostraron su mejoría al evitar el tradicional juego de patadas.

El partido se mostraba a favor de la Selección Mexicana, pero todo cambió al minuto 10 cuando el delantero del Napoli, Hirving Chucky Lozano sufrió un empujón en el área, terminó en el suelo y chocó su cabeza contra la rodilla del portero trinitario.

A consecuencia del golpe, Lozano terminó con una conmoción cerebral y una herida en la ceja izquierda, por lo que tuvo que salir con collarín y en camilla de la cancha para ser trasladado a un nosocomio donde el último reporte señala que se encuentra estable.

Tras los momentos dramáticos que se vivieron en la cancha, México trató de sacudirse el mal momento y con Rogelio Funes Mori, buscó hacerse en el marcador.

Los embates del cuadro tricolor se vieron opacados por la actuación del portero Marvin Phillip.

Luego de que el árbitro costarricense Ricardo Montero dejó que el juego se desarrollara de manera fuerte, esto fue aprovechado por los trinitarios dando leña a más no poder.

Todo el primer tiempo fue a favor de la selección azteca pero el 0-0 prevaleció en Arlington.

En el complemento, la situación no cambió, pues México se cansó de intentar adelantarse en el marcador sin conseguirlo.

Con el avance de los minutos, Marvin Phillip agarró más confianza y le tapaba todo esfuerzo del tricolor que cada vez se notaba más desesperado por romper el 0-0.

En los últimos minutos, México encerró a Trinidad y Tobago en su área, pero simplemente el balón no quería entrar.

Ya en el tiempo de compensación, México había conseguido el gol del triunfo, pero este fue anulado por estar en fuera de lugar.

En los últimos minutos del juego se presenció el grito homofóbico, motivo por el que el partido fue suspendido.

Los aficionados, indignados por la anulación del gol mexicano, volvieron a lanzar el polémico grito, por lo que esté se volvió a detener.

En el 90+7, tras la serie de gritos, las patadas, los fuertes reclamos y el bajo nivel, el árbitro optó por terminar el juego.

Este es el primer empate sin goles de la Selección Mexicana en un partido inaugural en las 15 ediciones de Copa Oro que ha jugado.