Este 22 de noviembre, la Copa del Mundo Qatar 2022 vivió una de las jornadas más épicas en la historia del futbol árabe, pues Arabia Saudita, contra todo pronóstico, derrotó 2-1 a la siempre poderosa Argentina. 

Antes del desarrollo del juego, nadie imaginaba que el cuadro de los Halcones Verdes fuera capaz de competirle en igualdad de circunstancias al actual campeón de la Copa América.

Desde el Estadio Lusali, la poderosa Argentina de Lionel Messi, debutó en la Copa del Mundo con su esperado poderío ofensivo y su tremenda calidad en cada uno de sus jugadores.

Argentina encontró rápidamente el gol de la ventaja al minuto 10' tras un penal marcado por el VAR, el cual fue marcado con categoría por el astro del PSG. 

Durante la primera mitad, la Albiceleste no dejó de presionar y buscar otro gol que le diera la tranquilidad suficiente para ir llevando el juego a su estilo.

Arabia Saudita, al verse superado con la tremenda ofensiva sudamericana, apostó por jugar al fuera de lugar con todo y los riesgos que eso tenía, técnica que les funcionó al anularse tres goles sudamericanos.

La primera parte terminó 1-0 a favor de Argentina, pero dejaba 45 minutos al aire ante unos árabes que iban agarrando confianza ante su gente.

En el arranque del complemento, se comenzó a construir la hazaña, pues Saleh Al-Shehri marcó el anhelado gol del empate al 48' gracias a un zapatazo cruzado que venció al "Dibu" Martínez.

Minutos más tarde, con el ánimo por los cielos, Araba Saudita lograba lo inimaginable al conseguir el 2-1 gracias a un poema de gol hecho por Salem Al-Dawsari. En cuestión de 9 minutos, Arabia Saudita pasó de ser la víctima, a ser la sorpresa del momento en Qatar 2022.

En el resto del juego, Argentina trató de quitarse la losa pesada anímica que significó verse abajo en el marcador ante el "débil" del grupo.

Apesar de que Leonel Scaloni apostó por meter toda la artillería pesada en el complemento con Lisandro Martínez, Julián Álvarez, Enzo Fernandez y Marcos Acuña, pero ni con todo eso, pudo vencer el muro árabe.

Tras el silbatazo final, el mundo del futbol no tuvo otra expresión que la sorpresa ante semejante resultado totalmente inesperado.

Argentina no perdía un partido inaugural desde Italia 1990, cuando cayó 1-0 ante Camerún con gol de François Omam-Biyik, ex jugador de América.