El próximo 26 de febrero son las votaciones para elegir el nuevo secretario general del SETEDIP, un sindicato magisterial estatal que llega agonizante y debilitado, con resquebrajamiento de las dos anteriores dirigencias, de José Uver Romero Ronquillo y de Andrés Fidencio López Ortiz, que deja la dirigencia el 31 de marzo.
En el proceso electoral actual, el SETEPID tiene tres candidatos: Olga Dimas Quiñones, que ha buscado el cargo durante tres trienios; Jaqueline Vázquez Fosado, con nueve años de servicio, apoyada desde la SEP por Álvaro Álvarez Barragán; e Israel Reyes Ruiz, político de extracción panista que ahora se dice ser el candidato del gobernador del estado.
A decir de los agremiados, son tres candidatos que buscan la secretaría general de un sindicato muy debilitado, de un sindicato agonizando, donde tuvieron una ruptura total en el trienio de José Uver Romero Ronquillo, que se consolidó con el actual dirigente.
Poder que se envilece
En el actual trienio y en el anterior, el SETEPID sufrió una baja considerable en el número de agremiados, porque aunque Andrés Fidencio López Ortiz llegó muy legitimado al poder, consolidó un poder absoluto, que se envileció, y no supo aprovechar la oportunidad que tuvo hace tres años, y hoy tiene a la base magisterial en contra.
Incluso, dentro de ese sindicato estatal hay un sector muy afectado, los jubilados, que señalan que lo quieren ver en la cárcel, entonces el SETEPID tiene un sindicato que es una bomba de tiempo, pero que para muchos agremiados hay que rescatar.
Sindicato que pende de un hilo
Para los agremiados a ese sindicato estatal, el futuro de la organización pende de un hilo, por lo que los tres candidatos que buscan la dirigencia necesitan urgentemente una concertación en relación con todos los malos entendidos para que subsista la organización.
Aunque viven el momento más complicado de sus tres décadas de existencia, el actual dirigente, Andrés Fidencio López Ortiz, tiene la posibilidad de cambiar el rumbo de ese gremio estatal.
Y es que el secretario general del SETEPID tiene en su poder el resultado de una auditoría interna, y él sí sabe quién saqueó el fideicomiso, por lo tanto, si en este momento lo guarda, la responsabilidad caerá en él y podrá salvar a los que sí saquearon al sindicato.
Lo cierto es que López Ortiz, no cubrió las expectativas de la base y puede reivindicarse con los trabajadores de la educación, porque su conducción fue netamente oficialista, fue poco gestor, poco combativo y muy sumiso, agachado e hincado.
La base pide a gritos un cambio
Casi al final del proceso electoral, la base magisterial del SETEPID pide a gritos un cambio y ven una esperanza en su candidata Olga Dimas Quiñones, para que pueda lograr lo que perdieron hace seis años.
Empero el reto para el aspirante ganador es que pueda coadyuvar en cicatrizar y hacer la negociación con la base, que está molesta, que ve una organización empobrecida, porque no encuentran alguien digno que los represente.
Los tiempos para la elección
El proceso electoral arrancó el 8 de enero con las asambleas regionales de Acatlán de Osorio, de Zacatlán, de Tehuacán y de Huauchinango, y termina el 20 de febrero con la ciudad de Puebla.
Para el 26 de febrero son las elecciones, y ese día se decide quién es el secretario general, aunque todavía hay un periodo de un mes completo para realizar el cambio de estafeta, porque el ganador de las votaciones, toma protesta el 31 de marzo.
De tal forma que tienen tiempo para sentarse a la mesa para hacer lo mejor para la organización, porque de no ser así, pueden caer en un letargo mayor al que ya tienen y tener otros tres años de nada.
Los pronósticos electorales
En el SETEPID, afirma la base magisterial, tienen una candidata fuerte, que es la maestra Olga Dimas Quiñones, por el trabajo realizado en nueve años, porque conoce a la base, porque se identifica con ella y porque los ha apoyado.
Por el contrario, Jaqueline Vázquez Fosado se inscribió al cuarto para la hora, es desconocedora de la base, de la gente y ellos también a su vez desconocedora de su trayectoria.
De Israel Reyes Ruíz, lo único que se le sabe es que dice ser el candidato del gobernador, y asegura que el próximo secretario es él o es él, y no hay más.
Por lo anterior, la base magisterial encuentra posibilidades de un posible rompimiento, condiciones en las que podía llegar el próximo secretario, entonces si no hay un buen pase de estafeta del poder, se verían más afectados en el futuro inmediato.
Connato de violencia en las asambleas regionales
Lo que se vio hace unos días en la asamblea regional en Tehuacán fue un conato de violencia entre las dos candidatas, la más fuerte, Olga, con Jaquiline, lo que no es una cosa más que el temor de la segunda, de verse aplastada por un voto mayoritario.
Pero al final, quien gane las votaciones del jueves 26 de febrero deberá tener las agallas de integrar un comité propositivo y no dejar a esas personas que se miran alrededor de ellos y que son nocivos para la organización.
Los agremiados ya dejaron claro que no se debe permitir que se crean cacicazgos al interior del sindicato, porque son personajes que se saben acomodar, que crean intereses, que llenan sus bolsillos y que al final no tiene llenadero.
Sindicato requiere urgente reingeniería
En el SETEPID se requiere una reingeniería total en el personal, por lo tanto, si el ganador tiene el ojo agudo y sabe seleccionar a cada uno de su equipo puede lograr la transformación que requiere el sindicato.
El que triunfe en las elecciones tendrán que concertar con los agremiados, porque seguramente generarán molestias y se puede desquebrajar la organización sindical, y quien pierda se tendrá que incorporar a su centro de trabajo.
Y aunque la profesora Olga Dimas Quiñones se presenta como la más legitimada, porque ya trabajó, ya apoyó, ya hizo chamba, pero por el hartazgo magisterial, la base puede enfocar su voto a otro de los candidatos.
De tal forma que si no hay concertación, se puede debilitar o romper con la organización. Y es que, si en este momento hay un estallamiento, el SETEPID puede llegar al colapso.
El problema es que la base ya no está identificada y ya no saldría a las calles a apoyar a su organización sindical, que no ha hecho lo que corresponde por ellos.
El reto para el próximo trienio
De los tres aspirantes a secretario general, el que logre la mayoría de los votos tendrá el reto de evitar el naufragio, tendrá que hacer lo necesario para que no sucumba el barco, buscar la asesoría adecuada, los acercamientos políticos para que la organización sobreviva.
Y aunque hay manos internas interesadas en hacer ganar a un candidato, lo que deben buscar es la mejoría del sindicato, que no haya intereses particulares y dejen de ver al SETEPID como una franquicia para hacer dinero.