En el marco del Simposio de Negocios, la Universidad Iberoamericana Puebla llevó a cabo las conferencias “¿Cómo construir emprendedurismo a través de la toma de decisiones asertivas?”, a cargo de Árnol Escoto Cervantes, e “Imaginar para construir exportaciones con comercio justo”, impartida por Luis Martínez Villanueva.

Durante la primera, Árnol Escoto Cervantes, describió su experiencia como empleado en distintas empresas, lo que estas significaron en su vida, el esfuerzo invertido a costa de su tiempo para convivir en el ámbito familiar y personal respecto a sus hobbies.

Actualmente, Árnol Escoto trabaja en la empresa mexicana Microsip, como director de la planta Puebla. Y sobre ésta explicó que ha crecido a lo largo del país gracias a las franquicias que se han establecido en 15 ciudades, espacios que han alcanzado ayudar a empresas de distintos giros, como zoológicos, refaccionarias, abarroteras, cafeteras, etc.

De igual manera, Escoto Cervantes declaró que la empresa Microsip se dedica a ofrecer soluciones, para que otras empresas sean más productivas y rentables, a través de softwares y consultorías, o bien por medio de sistemas administrativos que se implementan en conjunto con las organizaciones para que puedan mejorar su productividad.

Árnol Escoto mencionó que sus principales objetivos en el desarrollo de esta organización fueron ayudar a las personas y recibir ganancias mediante esa ecuación, aunque tiempo después decidió dejar la ganancia en segundo plano y centrar su pasión y esfuerzo en ayudar a otras a desarrollarse de manera eficiente.

En lo que respecta a la segunda charla, los estudiantes del Departamento de Negocios platicaron con Luis Martínez Villanueva, asesor técnico de la Unión de Comunidades Indígenas de la región del Istmo de RI profesional que compartió con los estudiantes el conocimiento que ha adquirido a lo largo de los 23 años que lleva trabajando en el fortalecimiento de la identidad cultural de los productores.

Martínez Villanueva comentó que la Unión de Pueblos Indígenas comenzó a laborar formalmente en 1982, con apoyo de la Diócesis de Tehuantepec. Dedicándose a la parte productiva, la asistencia técnica, tecnología y el mercado de café, en donde los principales retos fueron los bajos precios del café, la falta de una infraestructura carretera, transporte, escuelas y servicios de salud.

Asimismo, el especialista en comercio justo destacó que la organización ha logrado visibilizar el trabajo de hombres y mujeres, crear proyectos que atienden situaciones de pobreza a través de un sistema de salud alternativo con medicina tradicional y una cooperativa de auto-transporte.

Además resaltó la importancia de comprender que antes el comercio justo era conocido como mercado alternativo, pero que ahora se sabe que es un mercado con reglas claras, un sello distintivo y de calidad.