En los actos públicos que llevó a cabo a propósito de la reforma eléctrica, el diputado federal, Ignacio Mier Velazco, mantiene un intento de aprovechar el escenario para su promoción personal.
El coordinador de la licenciatura en Ciencia Política y Administración Pública de la Ibero Puebla, Roberto Alonso Muñoz, dijo que el aspirante se mueve en el límite de la ley.
La pregunta es sobre las razones del juego ante un momento tan anticipado, en todo caso, “está tratando de convencer, lo dejo como hipótesis, a quienes tienen decisión dentro de Morena para que sea vistos”.
Sobre todo, aclaró, si viene más de personajes políticos cuyo pasado no es de izquierda, sino que provienen del tricolor, como Nacho Mier, y que su capital político lo obtienen, no por trabajo con las bases, tampoco por procesos democráticos, sino por otras razones.
El caso de Mier Velazco se puede señalar como el intento de un aspirante a la gubernatura de Puebla, de aprovechar una discusión política, un momento coyuntural por el que atraviesa el país, que es el asunto de la reforma eléctrica.
Lo que busca, es tratar de abonar en su capital político a través de la movilización en un momento complejo que pasa por la veda electoral que hay, producto de la consulta por la revocación de mandato.
Al mismo tiempo, está la discusión pública que inició a principio de año, con la iniciativa de reforma constitucional en materia eléctrica, enviada por el presidente a la Cámara de diputados.
“Es poco anticipado hablar de aspirantes, destapados y destapadas para la gubernatura de Puebla, y parece, además, que esa decisión obedecerá a otros factores”.
Alonso Muñoz, dijo que, en Puebla serán dos factores, la evaluación del gobierno de Miguel Barbosa, que todavía le queda poco menos de la mitad de su gestión y parece que habrá un voto que va a sancionar a este gobierno, más que elegir a quienes se vayan a postular a esa posición.
Y el segundo, apuntó, será el arrastre que tenga la figura de quien vaya a competir por el proyecto político del presidente del país, “en función de ello dependerá si la población vuelve a confiar en un candidato o aspirante de Morena o termina inclinándose más por una evaluación del gobierno del Estado para configurar su voto”.
El voto será voto de castigo cuando hablo de la evaluación de este gobierno, dijo el académico de la Ibero Puebla, “será un voto de castigo lo que vamos a ver a nivel estatal, como lo vimos ya en el ámbito estatal, en la zona metropolitana el año pasado”.
Y lo que podrá mitigar, hacer que ese voto de castigo sería el arrastre que pueda tener el candidato o la candidata que vaya por Morena para ir a la presidencia y que vuelva a repetirse, sino un tsunami, por lo menos una ola grande o de arrastre para el conjunto de candidatas y candidatos de Morena.
“Definitivamente no va a ser del tamaño de lo que hubo en 2018 con AMLO, independientemente del que llegue a ser el candidato oficial o la candidata oficial”.