Este tema me parece muy importante tratarlo, que lo conozcan bien los padres, para que puedan ayudar a los niños a lograr expresar sus emociones y entender la de los demás.
Las emociones son de lo más difícil de lograr expresar cuando somos niños, la mayoría de las veces los mismos niños nos dicen que están enojados o tristes, ¿pero sabes si realmente lo que dicen lo están entendiendo? La respuesta es que muchas veces aprendemos a expresar las emociones por "copiar" las de otros, pero en realidad no las entendemos como tal.
Escuchar las atenciones de los niños muchas veces nos altera, amenaza nuestros sentimientos de ser una buena madre o padre, incluso de saber escuchar realmente a nuestros hijos, pero lo más importante: nos pone en duda de si lo que siente como tristeza debe cubrirse con algo material, o si hace berrinche entonces debo de comprarle lo que me está pidiendo.
¿Por qué los berrinches deben de tratarse con cuidado?
En realidad no necesita el caramelo por el cual hace berrinche, en realidad necesita expresar algún sentimiento a sus padres y como aún los padres lo entiendan, también puede ser porque necesite conseguir algo, pero no sabe cómo conseguirlo y como no sabe expresarse correctamente entonces hace berrinche. Una vez que nuestros hijos actúan así constantemente, entonces es porque ya nos están manipulando y de esa manera consiguen lo que quieren.
¿Entonces, debemos dejarlos hacer de todo?
La respuesta es muy sencilla, debes dejarlo que explore, conozca, experimente lo necesario para lograr aprender, pero siempre debe existir un límite puesto por los padres, ese límite debe estar dentro de los parámetros de "lo normal", y no es dejarlo hacer absolutamente lo que quiera, simplemente dejarlo conocer el mundo, pero siempre con un alto. Si hace un berrinches es de lo más normal, lo que no será normal es cuando tú le complazcas todo el tiempo para que deje de hacer los berrinches.
Un sentimiento muy importante que está presente en los niños es el sentimiento de la frustración ‚Äîactualmente es muy común‚Äî. Dejar llorar a un bebé, rehusar tomarle entre nuestros brazos, privar a un niño mayor de caricias o de regalos, fueron estrategias realizadas por los padres de antaño para "no mimar" y educar para la frustración. Estos métodos han demostrado su ineficacia.
El niño por medio de todo este tipo de actos va alimentando una frustración particular, y cualquier demora en la satisfacción de una pulsión se convierte intolerable; la carencia de crear angustia que intenta controlar mediante una dependencia (alcohol, droga, tabaco, pareja, comportamientos compulsivos‚Ķ) y se blinda, aprende a negar sus necesidades.
Cuando un niño aprende que con la frustración le cambian de juego de actividad o de lugar, logra la manipulación perfecta de los adultos; en lugar de un berrinche lo que hace es lograr la frustración de su persona y ponerse más alterado de lo normal para lograr conseguir su objetivo; sin embargo la mayoría de las veces con los niños, después de la frustración viene el gran berrinche para lograr conseguir el objetivo.
Lo importante para la frustración es ayudar a tu hijo para que comprenda que no siempre tendrá lo que quiere cuando lo quiere, ‚Äîparecido al berrinche‚Äî pero en este caso el niño debe lograr controlar sus emociones y su ansiedad por su objetivo que no logra controlar.
Necesitamos crear un espacio donde nuestros hijos logren sacar esa frustración o enojo que tengan, podemos hacerles un lugar donde ellos saquen su enojo, ponerles almohadas, raquetas de plástico, martillos de plástico, para que el niño logre sacar su enojo y no logre afectar a nadie ni lastimar a otros.
Consejos
Uno de los mejores consejos que te puedo dar es que pienses cómo te pones tú adulto cuando estás enojado. ¿Qué es lo que haces?
1. Lo que menos quieres es que te sigan corrigiendo, ni diciendo qué es lo que tienes que hacer.
2. Lo que más quieres es que te dejen un tiempo solo para calmarte y pensar las cosas.
3. Te gusta salir a caminar y no pensar en nada más.
4. En ese momento lo mejor es sacar toda la furia para lograr desahogarte.
Ahora que ya sabes lo que tú quieres ‚Äîy lo que quieres que suceda‚Äî, haz lo mismo con tus hijos para que logren entender qué pasa sin lastimar a nadie más.
Entiende los mensajes que tu hijo está queriendo mandarte pero sin tratar de hacerlos a tu manera, sólo entiéndelos y corrígelos (si es necesario), recuerda un niño con límites y horarios tendrá mejores resultados en la vida.
Dejar llorar a un bebé, rehusar tomarle entre nuestros brazos, privar a un niño mayor de caricias o de regalos, fueron estrategias realizadas por los padres de antaño para "no mimar" y educar para la frustración. Estos métodos han demostrado su ineficacia.
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El niño por medio de todo este tipo de actos va alimentando una frustración particular, y cualquier demora en la satisfacción de una pulsión se convierte intolerable; la carencia de crear angustia que intenta controlar mediante una dependencia (alcohol, droga, tabaco, pareja, comportamientos compulsivos‚Ķ) y se blinda, aprende a negar sus necesidades.
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