La gran ventaja es que este país no está en crisis, sentenció sin rubor el responsable de la política monetaria del Banco de México (BM), Agustín Carstens, ante un auditorio de jóvenes de todo el país que asistieron al primer día de Espacio 2011 en el Centro de Convenciones.
Y los aplausos grabados no aparecieron. Pero las rechiflas sí.
—Nooo
Y hasta uno que otro chiflido de "mentada" se alcanzó a escuchar.
La respuesta fue casi automática. Los jóvenes rompieron el protocolo institucional, y como si se hallaran ‚Äîo más bien porque se hallaban ‚Äî en una suerte de choú de horario triple A, abuchearon al protagonista. Carstens dejó por un instante su papel de almidonado tecnócrata de la economía para decirles con enfásis de conductor del choú de marras:
—Calma, calma, calma.
Y a continuación, el motivado conferencista les espetó a los muchachos asistentes al mundo feliz de Azcárraga.
‚ÄîEn el país no hay crisis ‚Äîinsistió y lanzó un ligero matiz‚Äî lo que no significa que no haya muchos problemas ni que tengamos grandes retos como el abatimiento de la pobreza, la creación de empleos y oportunidades para los jóvenes.
Y acotó que ni el sistema bancario ni el gobierno están "quebrados".
‚ÄîDesde el punto de vista financiero, el gobierno está entre comillas, quebrado, y la banca quebrada; eso no está pasando en México y eso nos da una buena fortaleza para salir hacia adelante.
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La incredulidad ante las declaraciones eufóricas del funcionario hallaron eco en el estudiante Enrique Herrera Arreola, alumno de la Universidad de Chiapas; el estudiante del sur del país cuestionó a Carstens, quien cuestionó al funcionario que cómo se atrevía a decir que en México no hay crisis cuando él no había convivido con familias que ni siquiera tienen para comer:
‚Äî¿En qué se basa para afirmarlo, acaso ha convivido con una familia de escasos recursos?‚Äî la intervención del estudiante recibió la simpatía de los asistentes al encuentro de Televisa.
Cartens justificó:
‚ÄîConozco, mejor dicho, he estado conviviendo con familias que no tienen ni siquiera para comer o resolver sus necesidades de un día.
Cartens defendió la política macroeconómica del país y la salvó de los problemas de la desigualdad y la concentración de la riqueza en unas cuantas manos.
"La política monetaria no puede resolver todos los problemas del país, se tiene que trabajar de manera amplia, se tiene que mejorar el gasto público, generar mayor competencia para abrir más sectores, se tienen que aplicar otros esquemas para poder llegar a la generación de más de un millón de empleos."
De acuerdo al gobernador del Banco de México, la causa de que los mexicanos no se han podido "insertar en la modernidad", es su falta de educación, pues les impide "acumular mayor capital humano".
"Es el problema de la pobreza, es el problema de todos los mexicanos, que no han podido insertarse en la modernidad porque no tienen suficiente educación, no tienen suficientes oportunidades. Una parte fundamental es el tema de la educación, la manera para insertarse en la modernidad es acumular más capital humano, así más podrán avanzar.
"Desde el punto de las autoridades financieras, una repito, hay que mantener baja la inflación porque es lo que más afecta a la gente más pobre; está claramente estudiado que una inflación baja mejora la distribución del ingreso y, por último como parte de las autoridades financieras del país, hay créditos realmente baratos para que desarrollen sus potencialidades como productores y como personas."
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La televisora y sus invitados se regodearon en su propia versión del país; ese país donde los derechos se reemplazan por las oportunidades, el acceso a la cultura y a la educación, a los libros y a la lectura, se reemplazan por el vago eufemismo y la panacea tecnofóbica de que las TIC‚Äôs lo resolverán todo.
Agustín Carstens, el poderoso secretario de Hacienda, reveló los tips para evitar la emisión contumaz de estupideces. Acorde con las expectativas del evento, el funcionario actúo como un personaje de Adal Ramones y reveló la política de comunicación del Banco de México.
Un locuaz Carstens afirmó que a su llegada al Banco de México le recomendaron que si algún periodista o activista de la sociedad civil le inquirían algo, lo mejor era "poner cara de idiota".
Ya que fingir una "cara de idiota" es mejor que decir una "idiotez", le argumentaron al funcionario.
En el mismo tenor, Carstens dijo que ahora él le recomienda a sus colaboradores del Banco de México no que pongan "cara de idiota" sino de "que sepan de lo que hablan."
En su primer día, la pasión de Televisa consumió la inquietud de los jóvenes asistentes a Espacio 2011, una verdadera celebración de la industria cultural y mediática de la hegemónica cadena; la promoción de los valores de la televisora estuvo a la orden del día en una verdadera proto-política educativa.