Si bien por su tamaño resulta inofensivo para nuestro planeta, la llegada de una roca que viene de los confines del Sistema Solar siempre inquieta. Mañana, un asteroide del tamaño de una casa se acercará a tan sólo 12.000 kilómetros de la Tierra, en una órbita aproximadamente 23 veces más cercana que la de la Luna. Aproximadamente, mide de 5 a 20 metros de diámetro, por lo cual, en el hipotético caso de que entrara en la atmósfera se convertiría en una bola de fuego y quedaría destrozado.
El asteroide 2011 MD fue detectado por telescopios robóticos instalados en Nuevo México, dedicados a rastrear el cielo en busca de objetos cercanos a la Tierra. La roca podrá ser vista con la ayuda de telescopios caseros de más de 10 cm de diámetro en Australia, sureste de Asia, este de China y Japón, entre otras zonas cercanas a la Antártida. Su máxima aproximación se llevará a cabo sobre el sur del Océano Atlántico.
Analistas de la NASA aseguraron que no supone ningún peligro, aunque la gravedad de la Tierra alterará drásticamente su trayectoria y se acercará a la zona que ocupan los satélites de comunicaciones. Según SpaceWeather, la posibilidad de un choque con uno de estos artefactos o con basura espacial es mínima.