El autismo es una de las enfermedades mentales menos atendidas por las autoridades del gobierno estatal y municipal, al grado de que no existen planes educativos para miles de niños que lo padecen.

En el estado de Puebla se calcula existen por lo menos 15 mil niños con este problema, 6 mil de ellos en la capital, pero sólo tres escuelas especializadas en su tratamiento, las que dan en promedio clases a cien pequeños.

Algunos padres de familia acusan que cuando llegan con un niño autista a pedir apoyo tanto al DIF estatal como municipal, la respuesta siempre es la misma: no hay programas para este tipo de padecimientos infantiles.

El autismo es un trastorno del desarrollo, permanente y profundo. Afecta a la comunicación, imaginación, planificación y reciprocidad emocional. Los síntomas, en general, son la incapacidad de interacción social y el aislamiento.

Apoyando
“Surgiendo, comunidad autista” es un organismo civil que nació hace 11 años en el estado de Querétaro para apoyar, pero sobre todo educar a niños con este padecimiento y desde hace seis años tiene presencia en Puebla.

Lourdes Hernández, directora y fundadora de la organización, explicó que ésta nació luego de que se le diagnosticó a su hijo —de ahora 13 años de edad— la discapacidad a los dos años, y al buscar una escuela para educarlo, simplemente vio que no existían.

“Cuando diagnostican a mi hijo, me encontraba viviendo en la ciudad de Querétaro, empecé a buscar la forma de ayudarlo y me percate que no existían escuelas especializadas para niños autistas”, explicó.

Por lo mismo, empezó a juntar a padres de familia en la misma situación y juntos fundaron en 1998 la primera escuela especializada en Querétaro.

“Pero como soy poblana, regresé a mi tierra y notamos que tampoco existían este tipo de instituciones, por lo que fundamos la escuela” dijo orgullosa.

Las instalaciones de “Surgiendo, comunidad autista”, se encuentran ubicadas en la recta a Cholula 999 casa 8, Villa Bertha, la cual se instaló en una casa de un pequeño fraccionamiento, la que tuvo que ser adecuada para el tratamiento de once niños.

En el lugar existen cuatro pequeños paneles donde educan a los menores de entre 8 y 13 años de edad, quienes reciben un tratamiento aplicado con éxito en España, de parte de psicólogas sociales, especialmente capacitadas para tratar a los pequeños.

La mayoría de los menores provienen de familias de escasos recursos, a quienes se les pide una cuota de recuperación para seguir con el mantenimiento de las instalaciones, pero en algunos casos no se les cobra un solo peso.

—¿Es un sector muy desprotegido?

—Así es, es una discapacidad que está absolutamente abandonada, poco entendida, está desinformada la gente, se tienen ideas muy erróneas, creen que no pueden llegar a aprender. Hay profesores que por ignorancia, en lugar de decir ‘no sé’, les dicen a los familiares que ‘no hay remedio’.

Lourdes Hernández dijo que instituciones gubernamentales como el DIF —tanto estatal como municipal— hacen caso omiso a este tipo de padecimientos, tal vez por su complejidad y por no considerarla una discapacidad.

“Me platican padres de familia que han llegado al DIF a pedir ayuda, pero al enterarse que se trata de niños con autismo son rechazados, ya que les dicen que este problema no es una discapacidad, por lo que no les pueden ayudar.”

Señaló que se tienen calculados que existen en todo el estado más de 15 mil personas con autismo, de ellos 6 mil se encuentran en la zona conurbada de la capital, aunque sólo existen tres escuelas similares a la que dirige.

Reconoció que la mayoría de los niños con este problema permanecen ocultos en casas, sin que sean educados jamás, todo por la ignorancia de que si pueden ser tratados para hacerles una vida mejor.
(La historia completa en las páginas de Intolerancia Diario)