A través de la concientización, Hilda Esquivel, presidenta de un organismo de apoyo a mujeres con Sida en Nuevo León, busca mostrar el padecimiento que enfrentan las féminas con esta enfermedad y que lo ocultan por vergüenza.

La presidenta del Grupo de Autoapoyo El Roble señaló que en 2002 fue elegida en el país como una de las pocas participantes internacionales en la organización mundial de ICW (The International Community of Women with VIH/AIDS), una comunidad internacional de mujeres viviendo con VIH.

Sin embargo, desde hace más de 15 años, ella trabaja específicamente con las mujeres, es consultora en VIH; y a su vez se apoya también de grupo El Roble para dar cobijo a todas aquellas actividades que son enfocadas al género femenino.

“A partir de 1999 empiezo a ver que hay una gran necesidad de empezar a ver rostros femeninos ya que nadie quería hablar del virus”, explicó.

Es por eso que a partir de ahí decidió sentenciar de esta manera su trabajo; “hoy levanto la voz por todas aquellas mujeres que callan, por las que lloran en silencio, por las que ya no están, y por las que están, sin saber donde están”, manifestó.

“Yo veía a muchas mujeres sufrir en silencio, no hablaban y otras morían en silencio también, era como un impacto muy grande y muy fuerte al enterarse de que tenían VIH, y que ellas no habían tenido otra pareja más que el marido”, indicó.

Hasta el día de hoy, Hilda Esquivel es una de las pocas mujeres en Nuevo León que se atreve a alzar la voz por el género femenino con VIH/Sida, desde la más pequeña hasta la más grande, sus campañas se enfocan a ellas; ya sea en la ciudad o en la zona rural.

Comentó que en los principios del grupo apenas contaba con tres personas, y ahora tiene un grupo más amplio de 35 mujeres una cifra que varia conforme a las semanas, y el estado de su salud de cada una.