El movimiento constante de personas, imágenes y estandartes es lo que se observa en esta fría mañana dentro y en los alrededores de la Insigne y Nacional Basílica de Santa María de Guadalupe.

La mayoría de los guadalupanos llega al santuario mariano, se hinca, reza y concluye su peregrinación cíclica para regresar a su lugar de origen, posiblemente conscientes de que deben dejar espacio a los que vienen detrás, a los que faltan por llegar.