Tras ocho años de Gobierno, Barack Obama deja una herencia presidencial plagada de más sombras que luces. Tensiones raciales, déficit de empleo, creciente desigualdad social y la crisis en Medio Oriente son algunos de los puntos clave de su administración. 

 

1. Economía, pobreza y desigualdad

Al asumir el poder en el año 2009, Estados Unidos se encontraba sumido en una crisis financiera, con unos mercados financieros derrumbados, una tasa de paro que llegó a pasar del 10 por ciento y una contracción del PIB que en 2009 alcanzó el 2,7 por ciento.

La administración Obama dice que redujo las cifras de desempleo, situándola de un 7,8  por ciento en enero de 2009 a un 4,9 por ciento en 2016.

Sin embargo, de acuerdo con el Bureau of Labor Statistics, el índice de la Participación Laboral en 2008 era del 66 por ciento mientras que en el 2016 bajó al 62,8 por ciento.

Un análisis divulgado por US-CNS sostiene que de la mano de obra que se encuentra disponible, unos 251 millones, solamente 157 millones tienen trabajo, unos 94 millones están desocupados y un 40 por ciento de ellos no está laborando desde hace más de dos años.

Esto se suma a un débil crecimiento económico, el cual, no ha excedido más allá de los 2,5 por ciento anual. Según palabras del reportero político y económico norteamericano, Edmund Kozak, "en términos de crecimiento económico, Barack Obama ha sido uno de los peores presidentes de Estados Unidos".

Por otra parte, la desigualdad ha crecido durante la gestión de Obama. Los ricos han alcanzado un mayor poder adquisitivo que el país no conocía desde los años '30 (el 0,1 por ciento más rico poseía en 2013 más del 20 por ciento de la riqueza nacional y en 2014 el 1 por ciento poseía casi la mitad de la riqueza total del país).

En cuanto a la pobreza, la tasa ha sido una constante en la “Era Obama”. Para el año 2009, la tasa de pobreza se ubica en 14,3 por ciento. En el año 2015, se ubicó en el 13,5 por ciento, es decir, hay más de 43 millones de personas pobres en Estados Unidos.

 

2.Violencia policial y tensión racial

El primer Presidente afrodescendiente de la historia estadounidense deja, irónicamente, escasos avances en la lucha contra el racismo.

Desde el 2014 hemos sido testigos de un creciente número de asesinatos de afroamericanos a manos de policías blancos.

Las heridas y resentimientos raciales siguen latentes en los Estados Unidos, razón que desató una ola de protestas en todo el país, comenzando en Ferguson, expandiéndose por Baltimore, Nueva York y Charlotte.

De acuerdo con cifras del Proyecto de Trazado de la Violencia Policial, un 40 por ciento de las víctimas asesinados por policías son afrodescendientes, mientras que también un 40 por ciento de la población encarcelada es de origen afrodescendiente, según la californiana Universidad de Stanford.

En cuanto a los ingresos, la desigualdad salarial entre blancos y afroamericanos en los Estados Unidos se ha incrementado: mientras que la media de ingreso de una familia blanca era de 58 mil dólares anuales en 2007 y se redujo a 55 mil en 2013, en las familias no-blancas esta cifra disminuyó de 41 mil a 34 mil.

Esto se debe principalmente a las diferencias del acceso a los servicios educativos y sanitarios entre afroamericanos y blancos, así como a la alta tasa de desempleo y los índices de pobreza de los afroamericanos, problemas que no fueron corregidos del todo durante el mandato de Obama.

Otro asunto pendiente que dejó el demócrata fue el control de armas.

Estados Unidos es el país con más armas de fuego en el mundo. En 2009, registraron 310 millones de armas de fuego y unos 306 millones de habitantes, de acuerdo a las últimas cifras del Congreso.

Obama ofreció en unas 15 comparecencias endurecer las leyes sobre el tema, pero no se registra ninguna acción concreta.

En 2016, el Presidente decidió aplicar medidas por la vía ejecutiva, debido a que el Congreso se negó al control de armas.

Asumió que las medidas no evitarán los tiroteos masivos ni dejarán las armas lejos de un criminal, sino que sólo contemplan trámites previos para los vendedores y compradores de armas.

Durante el primer semestre de 2016, Estados Unidos registró la cifra de 7 mil 321 muertos por armas de fuego, la cifra total registrada en 2016 aún no se ha dado a conocer.

 

3. Deportación masiva de inmigrantes

En sus dos campañas presidenciales, Obama sostuvo la bandera de una justa reforma migratoria, con énfasis en la legalización de 11 millones de indocumentados, principalmente de origen latinoamericano. A lo largo de su mandato sostuvo que las deportaciones han dado "mayor seguridad a la población estadounidense".

En noviembre de 2014, los migrantes en Estados Unidos esperaban ansiosamente las declaraciones del mandatario respecto a las leyes migratorias, pero sólo se creó un clima de decepción colectiva al escuchar la propuesta de regularización.

El plan sólo protege de la deportación a familiares de ciudadanos estadounidenses que hayan estado en el país desde antes de enero de 2010 sin cometer ningún delito; a trabajadores altamente calificados y a quienes llegaron al país con menos de 16 años y han permanecido desde entonces sin registrar antecedentes penales.

El número de personas que pueden optar por ese beneficio no supera los cinco millones, de un total de 30 millones de indocumentados ansiosos que permanecen de manera legal en el país norteamericano.

Obama deportó más inmigrantes que cualquier presidente en la historia de Estados Unidos con 2,5 millones desde que asumió la presidencia. El expresidente George W. Bush deportó sólo 23 por ciento de esta cifra.

 

4.ObamaCare y Guantánamo

Una de las grandes promesas hechas por Obama fue el llamado “Obamacare”, la reforma sanitaria aprobada en 2010 y que entró en vigor en 2013, la cual no resultó ser como se esperaba.

Aunque hubo un aumento de la cobertura pública para los pobres (Medicaid), a partir del 1 de enero de 2014 el seguro médico se convirtió en obligatorio para la mayoría de las personas en Estados Unidos, y quienes no lo tuvieran serían multados con hasta un 2,5 por ciento del salario.

Quedan aún 30 millones de personas sin cobertura sanitaria, además de los inmigrantes indocumentados, que están tácitamente fuera de las estadísticas.

Asimismo, en sus dos campañas presidenciales, Obama prometió cerrar la cárcel de Guantánamo antes de terminar su mandato en enero de 2017, promesa que dejó incumplida, tras 8 años de Gobierno.

En una alocución el 23 de febrero de 2016, Obama indicó que "durante muchos años, ha sido claro que la prisión de Guantánamo no colabora con nuestra seguridad nacional sino que la socava (...) La primera vez que me postulé a la presidencia reconocí que la instalación debía ser cerrada."

 

5. Conflictos Internacionales

Durante sus dos mandatos, Obama manifestó su intención de retirar las tropas estadounidenses de Medio Oriente. Aún así, Estados Unidos. mantiene operaciones militares en seis países extranjeros.

En el año 2013, declaró: "Fui elegido para acabar con las guerras, y no para empezarlas".

Obama no solo fracasó en terminar con los conflictos y guerras en los que Estados Unidos participaba, sino que comenzó nuevos en otros países.

El jefe de Estado falló en su promesa de retirar las tropas de Iraq, mientras que en Afganistán se quedaron más de 8 mil 400 militares. Al mismo tiempo, incrementaron sus ofensivas en Libia, Yemen y Somalia.

En Siria, a finales de abril de 2016, el Pentágono decidió enviar 250 soldados norteamericanos para apoyar a las tropas locales armadas y opositoras al presidente sirio Bashar al-Assad.

También autorizó bombardeos contra Libia, aunque el año pasado admitió que la guerra en este país africano fue un error.

Por otra parte, el presidente Barack Obama hace dos años calificó al bloqueo sobre Cuba como "obsoleto y pieza de la Guerra Fría", pero el bloqueo aún persiste con todos sus efectos económicos y sociales.