Tres sacerdotes se suman a los 440 padres diocesanos y 120 ministros religiosos de la Arquidiócesis de Puebla, repartidos en las 295 parroquias de las seis zonas pastorales, después de ser ordenados por el arzobispo Víctor Sánchez Espinosa en la Basílica Catedral, quien además ungió a ocho diáconos.

A los nuevos sacerdotes Mario Crispín Onofre, de la Parroquia de San Nicolás Tolentino; Armando López López, de la Parroquia de San Mateo en la comunidad de Chichiquila y  Omar Malpica Domínguez, de la Parroquia de San José de la Montaña, de Cempoala en Veracruz,  el máximo jerarca del catolicismo exigió ir a las calles como Jesús para convertir a más personas al cristianismo, porque la Iglesia es un ente vivo, reiteró. 

En el transcurso de la homilía, Sánchez Espinosa pidió a sacerdotes y diáconos mantenerse fieles a Dios, como lo hicieron los primeros cristianos y Pedro, ejemplificando con actitud, como lo ha hecho el Papa Francisco, quien pide a los sacerdotes buscar nuevos horizontes para desterrar apatías en la conquista de nuevos creyentes.

El sacerdote, puntualizó, debe tener una piedad seria, sólida y consistente, pero basada en el amor a Dios y al prójimo, demostrada en la oración cotidiana y permanente para consolidar el espíritu, además de mantener vigentes los ejercicios de piedad a lo largo de todo el día con la meditación, rezar el Rosario y el oficio divino.

Sánchez Espinosa  insistió en la búsqueda de la santidad, de la observancia de los mandamientos, de la práctica de las virtudes y consejos evangélicos, que derivará en felicidad, en su realización personal, éxito pastoral y alegría ministerial para que tengan la fuerza necesaria de evangelizar no solo en los templos, sino también en las calles poblanas.

Durante su mensaje, Sánchez destacó que la feligresía ha aprobado que los ordenados son personas dignas para predicar la palabra de Dios a todos los rincones de Puebla, quienes “deben mantenerse siendo fieles  a Dios y al ministerio de la iglesia”.

El sacerdocio, subrayó, es un estado de vida que se ha elegido ante el llamado de Jesucristo: “ustedes libremente han dado su respuesta después de haberla pensado durante sus años de formación, después de acceder deben dar testimonio del bien y del gusto por las cosas de Dios".

Sánchez Espinosa destacó que los tres presbíteros se unen a los ocho sacerdotes que fueron ordenados el pasado 10 de febrero y los ocho diáconos se unirán a varios que ahora se encuentran estudiando en la santa sede de Roma.

El camino de Jesús, puntualizó, es vivir conforme lo manda el espíritu de santidad porque es la clave de “nuestra alegría y de nuestra realización personal; vayamos confiados por ese camino, que fue el camino de María y de todos los santos obispos y sacerdotes”.

El arzobispo alentó a los nuevos sacerdotes a tener su tesoro en la comunidad y en el cielo donde reina Jesucristo, al lado de Dios y el Espíritu Santo. La generosidad, el desinterés, el desprendimiento, la indiferencia ante las cosas materiales, son las grandes virtudes que más los asemejarán a Jesús, matizó Víctor Sánchez.

Diáconos

César Jarillas Portugal, de la Parroquia de San Francisco, Ocotlán, Puebla.

Cristóbal Pérez Juárez, de la Parroquia de San Rafael Arcángel, Ixtapalucan, Puebla.

Francisco Javier Mendoza Chacón, de la Parroquia de San Juan Bautista, Acozac, Puebla.

Israel Jiménez González, de la Parroquia de San Agustín, Tlaxco, Tlaxcala.

Jovany Monroy Cruz, de la Parroquia de La Santísima Trinidad, Sanctorum, Puebla.

Miguel Ángel Hernández Nájera, de la Parroquia de San Joaquín, Tomatlán, Puebla.

Raúl Moyotl Xochitécatl, de la Parroquia de San Luis Obispo de Tolosa, Tehuiloyocan, Puebla.

Sergio De La Rosa Soriano, de la Parroquia de Jesús Obrero y Santa, María de Guadalupe, Amalucan.