Pediatra de profesión, Martín Aguila es un maratonista de 55 años, oriundo de Huajuapan de León, Oaxaca, este 2019 buscó conquistar la edición XXXVII del Maratón de la Ciudad de México; sin embargo, vio frustrado su sueño luego a una complicación familiar, aun así, eso no lo detuvo para animarse a correr los 42 kilómetros en calles de su ciudad, hoy su historia se ha vuelto viral en redes sociales.  

Entrevistado por Intolerancia Diario, Don Martín confesó haberse sentido frustrado por no poder asistir a la justa deportiva de la CDMX, ya que tenía boletos, hotel e inscripción en mano, pero una enfermedad que ataño a su esposa le imposibilitó la oportunidad de viajar, “Fue esa emoción de querer correr en México, a donde va la gente que realmente se prepara, pues era lo que uno deseaba”.

Sin embargo, Don Martín retomó fuerzas de su familia y se decidió a conquistar los 42 kilómetros desde su natal Huajuapan, portando un dorsal con el número 011, se amarró bien los tenis y desde las primeras horas del pasado domingo corrió con pensamientos encontrados, pero con la firme convicción de terminar la carrera que había iniciado.

“El sentimiento lo llevas prácticamente toda la carrera, pues tu deseo era correr en competencia realmente, a veces te sientes un poco desesperado, no decepcionado porque tenías un deseo y tu deseo se rompe (…) el hecho de estarlo corriendo sientes la tristeza de que no lograste lo que tu esperabas después de estar entrenando duro”.

Luego de 3 horas y 26 minutos donde recorrió realmente casi 45 kilómetros (es decir una distancia mayor a la del maratón) Martín Aguila fue recibido por su hermana, mamá y esposa, lo acogieron como todo un campeón en una línea de meta que crearon para recibirlo, además le entregaron por una medalla con la fotografía donde aparecen todos los integrantes de su familia.

“Fue la emoción de llegar y disfrutar la meta como si hubiera sido la meta de la CDMX, esa fue la sorpresa el llegar y encontrar lo que me han preparado”.

Acerca de su preparación, don Martín confesó  que entrenó cerca de seis meses, levantándose entre las 5 y 5:30 horas, y corría en promedio de 7 a 16 kilómetros diarios, ahora tiene la firme convicción de participar en la edición de 2020, “tengo que romper la espinita de lo que sucedió”.

“A mí me gusta correr (…) estoy acostumbrado, me gusta mucho, en esta zona donde vivo es de sierras y son subidas y bajadas por donde quiera que uno vaya”.

Finalmente don Martín dijo sentirse orgulloso de este logro y de recibir las felicitaciones de la comunidad runner en Puebla, “todos antes y después tenemos historias que contar, que porque vimos a un amigo que se cayó, que vomitó, tenemos historias y el ver lo que representó para muchos lo que me pasó a mí, es gratificante”.