A través de los medios electrónicos con anuncios de mascotas, en los que se les otorga un sentido humano, México es el tercer consumidor de alimentos para animales en América Latina, sólo superado por Argentina y Brasil, mientras las empresas trasnacionales que dominan el mercado siguen en crecimiento. Puebla se encuentra en el boom y la humanización de perros y gatos no se detiene, ya que también la industria de la moda está presente.

Luego de que iniciaron los foros sobre las corridas de toros y los animalistas y antitaurinos piden su prohibición, argumentando crueldad, la empresa trasnacional Nestlé domina gran parte del mercado de venta de alimentos para perros y gatos y es el principal anunciante en televisión a través de su filial Purina.

De acuerdo a la página Mundo PMMI, en 2017 las ventas de comida para perro en México registraron un crecimiento de 7% en valor y de 8% en volumen, lo que corresponde a 30,5 mil millones de pesos mexicanos y 892,073 toneladas de producto, respectivamente. La comida húmeda mostró el mayor crecimiento en valor para 2017 (9%) y se espera que para el año 2023 el crecimiento promedio anual sea del 5% y del 8% en volumen, para alcanzar así 41,4 mil millones de pesos mexicanos y 1,4 millones de toneladas.

La misma página revela que el extenso concepto de “amigable con las mascotas” ha alcanzado un nuevo nivel en México, donde es posible encontrar restaurantes en los que los perros son, además de bienvenidos, los clientes principales. En estos lugares se pueden encontrar menús para humanos y opciones saludables para alimentar y consentir a los perros. Butcher and Sons o We Love Burguers en Ciudad de México, son ejemplos de estas alternativas, lo mismo que la heladería Don Paletto, fundada en 2017, que ofrece opciones con ingredientes naturales y orgánicos para las mascotas, y otras opciones para los consumidores humanos.

La realidad en Puebla

En los últimos años, en Puebla se ha dado el boom de “humanizar” a los perros y gatos para convertirlos en humanos creándoles necesidades que estos animales no necesitan, un negocio que genera grandes ganancias a esta nueva industria que ha emprendido una campaña internacional en contra de las corridas de toros para desatar el sentimiento de algunas personas e incrementar las ventas, por lo que quienes le entran a la “moda” y desembolsan para satisfacer ese gusto entre 5 mil y 15 mil pesos de manera inicial, de forma “modesta”, sin que se contemple el alimento para recibir a la nueva mascota”.

Los datos contrastan, pues mientras Puebla ocupa el tercer lugar nacional en pobreza y al menos 300 mil poblanos enfrentan el problema del hambre, la moda que se impulsa desde el extranjero hace que la gente que tiene mascotas se vea en la necesidad hasta de comprar calzones para “aquellos días difíciles de la perrita, manteniéndola seca y fresca”, cada uno a un precio de 150 pesos.

En los últimos años se ha desatado la moda de “humanizar” a las mascotas, situación promovida por la industria de ropa y accesorios para mascotas, que ha lanzado una campaña para prohibir los espectáculos con animales, entre estos las corridas de toros.

Las principales zonas comerciales de Puebla ya cuentan con tiendas especializadas en la venta de artículos para mascota, siendo los productos para razas pequeñas los que abundan, accesorios que nadie hubiera imaginado hace unos 15 años, cuando sólo se sabía de millonarias excéntricas que daban todo a sus mascotas.

Al visitar las “boutiques perrunas” se encuentra principalmente ropa para los perros de razas pequeñas, como french poodle, chihuahua y minitoy. Los vestidos hechos en México cuestan de 110 pesos a 600 pesos, pero si quieren de marca europea, como Coco Dress, Pettry Pet, pagará hasta 1,500 pesos, de la temporada otoño invierno.

 En el recorrido se encontró que se comercializa en Puebla el “Chaleco antiestrés”, que tiene un precio de 540 pesos y, de acuerdo con los encargados de las tiendas, “evitan que sientan miedo por las tormentas, miedo y ansiedad”. Y se puede acompañar del collar antiladridos, que en Mercado Libre se consigue por 300 pesos.

La variedad de marcas comienza a notarse, incluso ya se prohíbe tomar fotografías en algunos lugares toda vez que temen por la “piratería”.

Las extravagancias

Entre los artículos se encuentra el tapete entrenador para cachorros, el precio es de 399 a 500 pesos; una cama para perro, de 780 a mil 200 pesos; y para que estén cómodos en el día, se puede comprar un sillón con las mismas características para humano, en 700 pesos.

Entre los productos que venden dentro de la “humanización” para perros se encuentran calzones para perras en celo, utilizando algunas frases de la promoción de toallas femeninas: “Para que tu perrita esté seca y fresca en esos días, manteniéndola confortable”.

Se estima que algunas personas han gastado hasta 15 mil pesos para recibir a la mascota, ya que compran aparatos para que se ejercite, y el gasto es incluso superior al de arreglar la recámara para un bebé.

Más productos que se pueden encontrar para perros son chamarras de 125, sudaderas con capucha grandes en 240 pesos, plato Green Feeder grande de 589 pesos, una mochila para excursión por 490 pesos, placas de 99 pesos, abrigo con capucha artesanal en 179 pesos, una jaula transportadora en 600, un juguete resistente para perro por 273 pesos, una correa de adiestramiento en 250 pesos, vestido de novia para perrita por 200 pesos, chamarras impermeables en 150, y la chamarra Climate Changer Ruffwear, ideal para dar calor, por mil 50.

Deseo insatisfechos

En las redes sociales  se presume la frase “perrihijo” y los psicólogos consultados señalan que en este proceso de tratar como humanos a los perros podría considerarse como un “deseo insatisfecho”, y señalaron que algunas de esas personas no pudieron ser padres o tener un hijo.

Ir a los extremos, indicaron, muestra los deseos reprimidos y por lo tanto buscan que sea un perro, generalmente el que tenga su amor de padres.

Además, los psicólogos aclararon que cuando se tiene una mascota y se le reconoce como tal, puede ser perro o gato generalmente, es recomendable por la compañía que se tiene, e incluso los niños que conviven con los animales difícilmente incurren en el maltrato animal.

Señalaron que en el caso de las personas de la tercera edad las razas pequeñas son de compañía y generan tranquilidad para el adulto mayor cuando éste se queda solo.

Un riesgo para la salud

Especialistas consultados recomiendan que no se exagere en la convivencia física con los animales y advirtieron que esto puede generar lesiones, ya que si no se sabe conocer señales de que está molesto el animal y se acerca uno más, responderá atacando.

Advirtieron que hay más problemas de salud si se exagera, como los pelos de los animales, ya que estos cambian con frecuencia y hay que recogerlo con habilidad para no respirarlo, pues algunas personas pueden sufrir alergias y daños en las vías respiratorias.

”Hay que disfrutarlo como tal, pero sigue siendo un perro, aun con todo el amor y cariño sigue siendo un animal, y todas las mascotas. Cualquier animal hay que dejarlo que sea como es y de esa manera hay un respeto, si se sube demasiado al auto, a la cama, puede llegar la agresión, o se le abraza”, advierten.