Mientras el Arzobispo, Víctor Sánchez Espinosa, durante la celebración de Corpus Christi, pidió por la unión familiar, la fraternidad y la solidaridad; el Obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Puebla, Tomás López Durán, realizó una oración especial para que termine la violencia desenfrenada que arropa a México y a Puebla.

Además, Monseñor pidió realizar un verdadero examen de conciencia para continuar caminando por la senda de la verdad para seguir solidamente el ejemplo de Jesús.

Recordó que la fecha litúrgica de esta solemnidad en el calendario romano es este jueves de 2024, pero en varios países del globo se celebrará al domingo siguiente para permitir una mayor participación de los fieles.

“Dichosos serán si son misericordiosos, si realizan obras de misericordia, si tienen limpio el corazón, si realizan obras de justicia, si actúan con rectitud y sinceridad, y buscan siempre la verdad, que no pongan sus corazones en los bienes materiales".

Insistió que mujeres y hombres deben buscar siempre los bienes celestiales de "allá arriba", allá donde no pueden llegar los ladrones y realizar siempre obras buenas en favor de los demás. 

Acentuó la importancia de que cada uno trabaje por la construcción de una sociedad mejor en todos los sectores de la comunidad.
 
Refrendó que así, como se proclama la presencia de Jesús en la eucaristía, y se le rinde públicamente el culto de adoración al pan y al vino, consagrados en cada misa por estar presente Jesucristo;  la comunidad debe ser solidaria en todos los momentos, y, recomendó, a actuar como se piensa para ser congruente.

En su mensaje a los fieles católicos, Sánchez Espinosa resaltó que las fiestas religiosas tanto de Puebla como de estados vecinos como Tlaxcala, además de el resto del territorio nacional; permiten realizar agradecimientos y peticiones a los fieles católicos y aseguró que no se trata de actividades para los turistas.

La fe acompañada de ese sentimiento de amor, conmovió a más de tres feligreses por estar procesionando ante Dios, las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas como grandes gotas de lluvia. 

Fue en el segundo altar a donde López Durán de hinojos con el Santo Sacramento en las manos pidió para que la violencia deje de azotar a México y al globo.

La fiesta profana

En el mercado de El Parian nuevamente aparecieron las figuras de los panzones y una que otra mulas. 

Los recuerdo que no lograron salir a la venta el año previo por las restricciones sanitarias impuestas por el Covid-19 en esta ocasión vieron nuevamente el sol. Así el panzón nuevamente fue objeto del deseo para burlarse de las personas, no por su redondez sino por ser el blanco perfecto para arrancar la sonrisa a esos rostros adustos. 

Pero los panzones permanecerán en los puestos por varias semanas para convertirse nuevamente en ese imán monetario en el que se transforma previo a la aparición de la pandemia. 

Esta tradición de panzones y mulas tienen su origen en el siglo XVI y XVII cuando los hacendados de esa época  cargaban a sus bestias con la cosecha lograda en el año.

El 10 por ciento de la cosecha se entregaba a la Iglesia Católica, por lo que los hacendados, la mayoría de éstos españoles, portaban sus mejores trajes y de las haciendas bajaban a la Catedral de Puebla.bajo 

Los peones en tanto se concentraban en el templo para hacer reverencia cuando el sacerdote elevaba la hostia, el cuerpo de Cristo; en ese momento uno de los hacendados incrédulos se negó a hacer la reverencia y a difamar, pero su sorpresa fue tan grande porque fue la mula la que se postró y ridiculizó a su amo.