“Es urgente que México tenga ya un marco laboral, independientemente de quien forme el nuevo gobierno, más competitivo, flexible y moderno, en beneficio de los trabajadores”, dijo el responsable de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Gurría consideró que el debate político de la reforma laboral está avanzado en México y existen consensos para aprobarla pronto, al tiempo que estimó que de caer en el inmovilismo político por las elecciones de 2012 se podrían perder miles de empleos.
“Todavía queda un año de legislatura, todavía le queda un año al gobierno”, sostuvo el secretario general de la OCDE en entrevista con Notimex.
“No hay tiempo que perder. Hay que aprovechar estos momentos para poder aprobar esta legislación laboral”, sostuvo Gurría, quien este lunes participó aquí en una cumbre de ministros de G-20 sobre el empleo.
También señaló, luego de mantener un encuentro con el secretario mexicano del Trabajo, Javier Lozano, que el proceso electoral no debería detener el proceso político hacia la reforma laboral.
“El hecho de que las elecciones sean en julio no quiere decir que el reloj se detenga en julio. Hay que aprovechar cada minuto. Urge porque ya nos tardamos demasiado, ya debería haberse hecho. El contexto político no nos puede llevar a a la parálisis”, insistió.
“El mundo entero está moviéndose a una gran velocidad y nosotros ahí esperando a que pasen las elecciones para poder iniciar los procesos otra vez”, comentó.
“En el intervalo vamos a perder muchos empleos, muchas oportunidades, muchas exportaciones, que se van a ir a favor de otros países que no están esperando”, alertó Gurría al exponer datos sobre la situación de desempleo en la treintena de países miembros de la OCDE.
El ex secretario mexicano de Hacienda explicó que “el mundo post-crisis es muy competitivo; todo el mundo quiere recuperar lo perdido y México tiene ya un paquete” laboral, que junto al aumento de productividad podría multiplicar la creación de empleos.
“Las políticas cuentan”, dijo al comentar el caso de otros “seis o siete países” que acometieron reformas cruciales antes de la crisis económica y en lugar de perder empleos crearon nuevos puestos de trabajo.