Juan Ruiz, economista de la institución, explicó que las previsiones del banco para la economía mundial se mantienen a la baja, debido a la situación en la zona euro, con crecimiento promedio mundial de 3.9 por ciento en 2011, y 4.1 por ciento en 2012.
De ese crecimiento, las economías emergentes (Brasil, China, Egipto, India, Indonesia, Corea, México, Rusia, Taiwán y Turquía) aportarán entre 75 a 80 por ciento.
Ese grupo de países crecerán en promedio 6.7 por ciento en 2011 y 6.5 por ciento en 2012, añadió el estudio.
Las previsiones de crecimiento para América del Sur (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Perú y Venezuela) son de 4.5 por ciento en 2011 y de 3.8 por ciento en 2012, mientras que para México es 3.8 por ciento este año y 3.3 por ciento el próximo.
“Hay riesgos sobre las previsiones, que están presionadas a la baja. Depende principalmente de la crisis de deuda soberana en Europa. Si eso sigue así tendrá efectos en el crecimiento mundial, pero de forma heterogénea”, apuntó el documento.
Como posibles riesgos citó fuerte aversión al riesgo que impactaría los flujos de capital para los emergentes, caída de la demanda que afectaría a Asia, baja de precios de materias primas que influiría a América Latina y reducción de financiamiento al comercio internacional.
Citó como factores positivos que los países emergentes ya sufrieron parte de los efectos de la crisis financiera de los países desarrollados, por lo que el factor confianza será ahora más importante para resistir ante posibles nuevos efectos.
“La conclusión en esto es que las economías emergentes están más preparadas para aguantar a los choques exteriores, pero los riesgos existen, están ahí”, recalcó.
Sostuvo que por un lado, desaparece la preocupación de un posible sobrecaliento de algunas de esas economías emergentes, debido al “suave aterrizaje” en su crecimiento, “lo que se ve como algo positivo”.
Ruiz aclaró que a pesar del panorama negativo, los riesgos tienden a ser a la baja por datos como los mejores números de crecimiento en Estados Unidos, y la posibilidad de que las medidas de la zona euro sobre Grecia puedan mejorar su posición y de crecimiento.
Por ello, se urge a los países de la zona euro a implementar cuanto antes las medidas aprobadas en los últimos consejos europeos, y uno de los siguientes pasos a dar es establecer la ruta de unión fiscal del grupo, para dar tranquilidad y confianza a los mercados.
Sobre la situación en la zona euro, el economista jefe para Europa de BBVA, Miguel Jiménez, comentó que los últimos acontecimientos en Grecia hacen ver qué habrá plan de ajuste y futuras reformas para tratar su deuda.
Citó que Italia está ahora con problemas, “es un país con solvencia, al que si le van mal las cosas, su déficit no va a pasar el próximo año del tres por ciento y su endeudamiento tendrá a bajar”.
Agregó que se hace ahora necesario que se trabaje una hoja de ruta en materia de unión fiscal para la zona euro, y que si bien se tardaría en desarrollar, ya establecida “el efecto anuncio generaría confianza en los mercados”.