La salida del primer ministro Silvio Berlusconi contribuye a la protección del euro, ya que éste fue incapaz de aplicar “dolorosos ajustes” para sacar a Italia de la difícil situación financiera que atraviesa, estimó hoy Le Monde.

En su editorial “Por fin una buena noticia para el euro”, el periódico francés comentó la próxima renuncia de Berlusconi, tras perder su mayoría parlamentaria, cuando Italia -la tercera economía del euro- está bajo una fuerte presión financiera.

En resumen, los mercados salieron bien allí donde la izquierda italiana falló: Berlusconi se va luego de tres mandatos a la cabeza del gobierno, en un período diferente que contabilizan cerca de 10 años, más que ningún otro mandatario en Roma desde 1945, refirió.

El primer ministro italiano perdió la víspera su mayoría sobre un voto de aprobación de las cuentas del Estado, fue abandonado por un número de sus amigos políticos y se dijo listo para irse, “por una vez quiso actuar responsable”

Señaló que entregará su mandato cuando el Parlamento haya votado las medidas de austeridad presupuestaria y reformas de estructura prometidas a la Unión Europea (UE) y al Fondo Monetario Internacional (FMI) para sacar Italia de una situación financiera difícil.

Ningún observador italiano dudaba ya de que esto terminara con la era Berlusconi, indicó y destacó que “los mercados ayudaron enérgicamente a este vuelco político”, ya que desde hace algunos días Roma está sometida a una terrible presión.

Para colocar sus empréstitos y financiar sus deudas, el Tesoro italiano debe pagar cada vez más caro: desde hace algunos días el porcentaje de interés fijado por el mercado sobre obligaciones públicas alcanzaba casi un 7.0 por ciento.

Un récord para Italia, un costo insoportable que amenaza así a muy corto plazo con sacudir seriamente a la tercera economía de la zona euro y, indirectamente, con llevar el golpe de gracia al conjunto de la Unión monetaria”, sostuvo.

A diferencia de Grecia, Italia es un país eminentemente solvente, una economía diversificada y finanzas públicas en mejor estado que las de Francia, pero se encuentra bajo el paso de una deuda que representa el 120 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB).

Para frenar el espiral de “un endeudamiento que auto alimente”, Roma -bajo vigilancia del FMI y la Comisión Europea- debe proceder a dolorosos ajustes, pero los mercados y sus socios europeos acusaban a Berlusconi de carecer de credibilidad para aplicar el programa, apuntó.

Berlusconi paga años de chanchullos políticos, de manipulación de la justicia, en resumen de años de gobernanza ´bunga bunga´ que agotaron su capital político. La justicia salió de la presión de los mercados. Es la contribución de Berlusconi a la protección del euro”, concluyó.