El detalle es amplio y los ejemplos de casos reales numerosos pero el espíritu del libro se puede condensar en un decálogo que recopila los diez criterios más importantes que debe seguir un inversor a la hora de tomar decisiones.
1.- Conocer el mercado: El mundo bursátil no es tan complicado como pueda parecer a primera vista, pero sí exige un esfuerzo por parte del inversor para conocer sus características.
2.- Conocer a su intermediario: El intermediario que elija siempre actuará en su nombre, por lo que es básico saber de quién se trata, cuál es su situación financiera y su nivel de profesionalidad.
3.- Informarse de los valores: La situación financiera de las sociedades es básica para la formación de los precios.
4.- Tener clara la idea de inversión: Para esto, debería marcar previamente sus objetivos, los plazos y el riesgo que está dispuesto a asumir.
5.- Vigilar periódicamente las cotizaciones: Tanto de las acciones en las que ha invertido como las del resto. Una inversión en una cartera de acciones no es para siempre y los valores pueden dejar de ser atractivos.
6.- Diversificar las compras: No coloque todos sus huevos en la misma cesta, porque si se le cae se le pueden romper todos a la vez. Es preferible diversificar las compras.
7.- Huir de los chicharros. Salvo que sea un inversor intrépido y le encante el peligro no compre chicharros o valores más baratos y poco líquidos.
8.- Solicitar asesoramiento: Aunque piense tener controlado todo el mercado de valores y gozar de toda la información disponible, es preferible que confirme sus previsiones con algún asesor bursátil.
9.- Invertir a medio o largo plazo: De esta manera, los movimientos especulativos a corto plazo no van a afectar a las valoraciones de nuestra cartera.
10.- Invertir en acciones con dividendo: Con esta opción podemos obtener rentabilidad vía dividendo y podemos aminorar las pérdidas en caso de que el precio de mercado sea negativo.