Los precios al consumidor en Estados Unidos, empujados por la gasolina, reportaron en febrero pasado su mayor alza en 11 meses, al aumentar 0.4 por ciento, informó el Departamento del Trabajo.

A pesar de ello, la inflación se mantuvo contenida, ya que al excluir los rubros de energía y alimentos, el llamado índice subyacente reportó un alza de apenas 0.1 por ciento, de acuerdo con la dependencia.

El mínimo movimiento en la inflación subyacente reflejó el incremento mínimo o la inamovilidad reportada en productos como los automóviles, ropa o servicios de transporte o médicos.

En el caso de los alimentos, el alza de 0.2 por ciento registrada el mes pasado fue similar al observado en enero.

La gasolina contribuyó en 80 por ciento al incremento de 3.2 por ciento que reportaron los energéticos el mes pasado, un enorme brinco en relación con el alza de apenas 0.2 por ciento en enero pasado.

La dependencia señaló que el incremento de febrero es el más alto reportado desde diciembre de 2010.

En promedio, los precios de las gasolinas se ubican ahora por arriba de los cuatro dólares por galón (3.8 litros) en la mayor parte del país, sin visos en el corto plazo de que puedan retroceder.