En su reporte, “condiciones de operación para emisores corporativos mexicanos, improbable que cambien tras resultados de elección presidencial”, S&P estimó que los factores para hacer negocios dentro del país han mejorado durante los últimos 18 meses junto con la gradual recuperación del mercado laboral y la expansión del crédito al consumo.
“Sin embargo, esperamos que el sector corporativo en México continúe afrontando una presión externa considerable, principalmente debido a un lento crecimiento económico en Estados Unidos y Europa, particularmente en los segmentos que dependen de las exportaciones”, dijo Patricia Calvo, analista de Standard & Poors.
En tanto, la calidad crediticia se verá protegida por un ligero desapalancamiento y medidas que mejorarán la liquidez durante lo que resta de 2012, previó la calificadora.
Ello a pesar de las altas y bajas de calificación que se han registrado desde principios de 2011, en mayor medida en las industrias orientadas al consumo y al mercado interno que en los sectores vinculados a la exportación y a la producción de commodities, señaló.