La Reforma Electoral no debe ser motivo de disputa en el marco electoral, así lo afirmó el senador del PRI y presidente de la Comisión de Energía, David Penchyna.
Durante su participación en el ciclo de conferencias sobre Reforma Energética en la UAP, el legislador acusó que hay quienes usan el tema de la Reforma Energética en un ámbito electorero, como es el caso del senador Manuel Bartlett Díaz, lo cual lamentó mucho, porque aseveró que carece de ideas y de verdad.
Desde el salón Barroco del Edificio Carolino, Penchyna Logo hizo un llamado a la nación y afirmó que a nivel internacional hay leyes y modelos que han resultado benéficos para el desarrollo.
Su postura de defensa de la Reforma Energética, agregó David Penchyna, poco tiene que ver con una disputa de carácter electorero, pero dejó en claro que las naciones que han triunfado en ese tema han sabido que el tema no debe ser sujeto de una disputa en las urnas.
El presidente de la Comisión de Energía del Senado afirmó que el sector energético es un bien donde todos los legisladores tienen que buscar que su explotación, uso, goce y disfrute sea por el bien de la nación, algo que resulta difícil y que llevará tiempo.
Ante universitarios, afirmó que existe confianza en que la presente generación de mexicanos, tenga la posibilidad de hacer bien las cosas y eso implica desterrar la corrupción, a golpe de competencia y productividad.
Reforma de estándares internacionales
Lo que tiene México, reveló el integrante de la Cámara Alta, es una reforma de estándares internacionales porque el país tiene una gran oferta de energía.
Dentro de las bondades de la reforma, reveló el senador de la república, se propone dejar de importar gasolina, donde por lo menos se ahorre el gasto del traslado, aunque aclaró que de momento la gasolina no va a bajar de precio.
Asimismo, dijo que dentro del sector energético no se debe dejar de lado la competencia y la productividad, dos elementos que abonarán para consolidar un sector que permitirá sostener al país, como lo hace desde hace varias décadas.
Por eso dijo que los mexicanos no se deben dejar engañar: “Hay quienes utilizan argumentos irreales y pueden decir muchas cosas en contra pero yo les puedo demostrar, con la Constitución en la mano, que existe necedad en muchos políticos mexicanos, al mostrar oposición a la Reforma Energética”.
El mundo ha cambiado y ya no existen fronteras, aclaró David Penchyna, por eso reiteró que son tiempos idóneos para que en el país haya piso parejo para todos, y para lograrlo se tiene que acabar con los monopolios, porque hacen que la sociedad gaste más.
Reforma que genera controversias
La energética, reconoció el senador del PRI, es una reforma que genera muchas controversias, pero en la realidad representa una gran oportunidad para disminuir las grandes desigualdades que existen en la sociedad actual y mejorar el ingreso para las clases más desprotegidas.
Asimismo, dijo que México puede entrar con productividad en la competencia con los países que están más avanzados en la transformación del petróleo: “Contra los grandes monstruos, porque no somos menos que los más grandes productores de petróleo”.
Al asegurar que Pemex y la CFE nunca han sido empresas porque no compiten y, contrario a ello, se estacionan en el confort, el senador priista afirmó que desde hace mucho tiempo los monopolios son figuras económicas que tienden a corromperse.
Explicó que con la reforma, Pemex y la CFE pasan a ser empresas, porque la obligación que tiene el país es generar valor, pero con la existencia de los monopolios se genera una terrible confusión, por eso se necesitan inversiones para el empleo y hacer que Pemex compita con otras empresas.
El modelo que se plantea con la reforma, agregó, invita a la competencia sacando la mayor utilidad posible, por eso desde el Congreso de la Unión dieron la garantía y la seguridad jurídica para que los recursos energéticos sigan siendo de los mexicanos y ello se puede confirmar en tres artículos de la Constitución, el 25, el 27 y el 28.
En el mundo, concluyó David Penchyna, a excepción de Estados Unidos, la propiedad de los recursos energéticos son de la nación y nadie puede argumentar que se pretenden privatizar y pasarlos a manos particulares y menos extranjeras.