En Puebla, cinco ejecuciones —cuatro con disparos de arma de fuego— y otro más decapitado y “embolsado” fueron minimizadas por la Procuraduría General de Justicia (PGJ), a grado tal que los tres casos de violencia desmedida no fueron anexados al "parte de novedades" entregados vía internet a los medios informativos.
Se trata de tres casos de ejecuciones donde se detecta la mano del crimen organizado, sobre todo porque las armas utilizadas para arrebatar la vida a cuatro personas, entre estas un menor de 16 años de edad, fueron de los calibres 45 y 9 milímetros, además de que ninguno de los responsables fue detenido, pese a que en al menos uno de los casos hubo testigos.
En Izúcar de Matamoros el Ministerio Público conoció de dos ejecuciones donde los dos afectados murieron al ingresar al área de urgencias del Hospital General Regional, tratándose de Kevin Hugo Amador Cortesano, quien tenía 20 años de edad, y de Cristian Cortesano González, de 16, ambos vecinos del barrio de San Bernardino.
De acuerdo con reportes del caso, ambos familiares iban a bordo de una motocicleta Yamaha de color negra, sin placas, cuando fueron atacados a balazos por sujetos hasta el momento desconocidos, quienes utilizaron armas del calibre .45.
Kevin Hugo recibió en el tórax un disparo de arma de fuego que le atravesó el tórax de lado a lado, en tanto que el menor recibió tres tiros, uno el brazo derecho, otro en el tórax y otro más en el abdomen, ambos fallecieron al llegar a la clínica, en tanto que en la zona donde fue la agresión hallaron cartuchos percutidos y sin utilizar del mismo calibre.
El agente del Ministerio Público que se hizo cargo de las investigaciones es Manuel Vera Monjarrás.
El segundo caso de violencia extrema ocurrió en el municipio de Coxcatlán, un matrimonio fue ejecutado con disparos de arma de fuego por un grupo de sujetos que estaban encapuchados y que le perdonaron la vida a dos menores de edad que acompañaban a las víctimas.
A las 11:40 horas del martes, en el paraje La Venta Salada, los hombres armados que iban a bordo de una camioneta de color amarillo, sin batea, se le cerraron a una camioneta Toyota, placas SG-17154, donde viajaban Gregorio Rivera Crisanto, de 50 años de edad, y su esposa, Hermelinda Rodríguez Valencia, de 52, quienes en la zona tienen terrenos de siembra, además de dos de sus sobrinos, de 14 y 10 años de edad.
Los desconocidos le pidieron a los menores que se bajarán y corrieran, el niño de 10 años se escondió en unos arbustos, mientras que el de 14 trató de defender a sus tíos pero se enfrentó con los hombres armados y uno de estos le dio un cachazo en el ojo derecho, provocándole una lesión de consideración.
Acto seguido, los hombres armados dispararon contra el matrimonio; a Gregorio le dispararon cuatro veces en la cabeza, mientras que a Hermelinda le dispararon cuatro veces al tórax, luego se retiraron en la misma camioneta.
En ambos casos de ejecución hubo movilización policiaca, pero los responsables lograron escapar.
Finalmente, en Atlixco, la tarde del martes fue localizado un hombre "embolsado" y decapitado, que al parecer fue “levantado” en el centro de la ciudad de Atlixco y luego apareció sin vida.
De estas cinco ejecuciones, la PGJ se ha mantenido en silencio total.