Cuba y Estados Unidos iniciaron hoy en esta capital una nueva ronda de conversaciones migratorias con el telón de fondo de un contratista estadunidense preso en la isla sin cargos desde hace más de un año.
La cita, única que sienta en una misma mesa a negociadores de La Habana y Washington, se realiza este jueves en un lugar desconocido, confirmó una fuente de la Sección de Intereses (oficina diplomática) de Estados Unidos en Cuba.
Los medios locales de comunicación se han abstenido, hasta ahora, de mencionar la celebración de las pláticas reanudadas en julio de 2009 por el gobierno del presidente Barack Obama tras su suspensión en 2004 por su antecesor George W. Bush.
Fuentes del Departamento de Estado han indicado que su delegación, encabezada por la subsecretaria adjunta para América Latina, Roberta Jacobson, abordará el caso del contratista estadunidense Alan P. Gross detenido bajo sospecha de espionaje.
El gobierno de Obama ha dejando claro que no habrá avances significativos en una mejora de las relaciones bilaterales hasta que el presidente Raúl Castro libere a Gross que, según Washington, es empleado de la compañía Development Alternatives.
De acuerdo con fuentes del Departamento de Estado, el subcontratista estadunidense ayudaba a grupos judíos a comunicarse con el exterior dándoles celulares y computadoras,
Las pláticas deben durar un día para, según las fuentes norteamericanas, analizar "cómo promover mejor una migración segura, legal y ordenada" entre ambos países.
Pero hace varias semanas el secretario de Estado adjunto para Asuntos Hemisféricos, Arturo Valenzuela, exigió la liberación inmediata de Gross y dijo que el caso dificulta cualquier acercamiento entre ambos gobiernos.
Cuba y Estados Unidos suscribieron en 1994 y 1995 acuerdos migratorios para frenar la llamada "crisis de los balseros" cuando unos 35 mil cubanos se lanzaron al mar en precarias embarcaciones para tratar de llegar a las costas del país norteño.
Los convenios estipularon que Washington concedería cada año 20 mil visas para los cubanos que deseaban emigrar y devolvía a los interceptados por guardacostas en altamar mientras, al recibirlos de vuelta, La Habana se debía abstener de aplicarles represalias.
Cuba demanda en este tipo de reuniones la derogacion de la Ley de Ajuste cubano de 1966 que favorece a quienes logran llegar a Estados Unidos obtener residencia y otros beneficios, alegando que ello estimula las salidas ilegales.
La prensa de Miami ha confirmado una disminución en la cifra de cubanos que intentan llegar a Estados Unidos por vías irregulares.
Durante el año fiscal que concluyó en octubre pasado, la cifra se redujo a seis mil 855, luego de que en 2009 fue de ocho mil 113 y un año antes de 16 mil 260, de acuerdo con los datos oficiales publicados por The Miami Herald.
La baja se atribuye, entre otras razones, a la crisis económica que dificulta el pago del traslado a contrabandistas (de ocho mil a 10 mil dólares).
También al impacto de un memorando de entendimiento sobre migración firmado en 2008 por Cuba y México, es utilizado como un corredor para la migración isleña al aumentar la eficacia de los guardacostas estadunidenses.
En los últimos 50 años, la llegada de inmigrantes cubanos a Estados Unidos tuvo alzas históricas como el llamado "Puente del Mariel" en 1980, en el que abandonaron la isla 125 mil cubanos y luego la "crisis de los balseros" en 1994 con 37 mil 191. Mientras que en 2007 fue de 20 mil.
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