La Operación “Rápido y Furioso” puso en peligro vidas de personas inocentes en México y Estados Unidos, afirmó hoy la gobernadora de Arizona, Jan Brewer, al exigir respuestas sobre cómo pudo haber sido aprobado y promovido.
Los requerimientos fueron hechos por Brewer al Departamento de Justicia y a la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), de acuerdo con un comunicado del gobierno estatal.
La operación fue concebida para rastrear la dimensión de las redes de traficantes de armas a México, para lo cual se permitió que contrabandistas y compradores bajo vigilancia adquirieran pistolas y rifles y los trasladaran a ese país, sin impedimento alguno.
Brewer indicó en el comunicado que agentes federales han testificado ante el Congreso que permitir que las armas fueran compradas y contrabandeadas, constituyó una acción completamente alejada de las prácticas regulares de las corporaciones estadunidenses de policía.
“Los agentes de la ATF perdieron el rastro de muchas de estas armas, incluyendo rifles para francotirador calibre .50 y un número importante, sin duda, encontró su camino hacia los cárteles mexicanos del narcotráfico”, apuntó la gobernadora republicana.
Sostuvo que “trágicamente, dos ametralladoras AK-47 cuyo rastro se origina en la Operación Rápido y Furioso, resultaron luego en el lugar del crimen, cerca de Río Rico, Arizona, donde fue asesinado por delincuentes el agente de la Patrulla Fronteriza, Brian Terry”.
Si los testimonios de los agentes federales son exactos “entonces la Operación Rápido y Furioso puso en peligro las vidas de personas inocentes en ambos lados de la frontera”, señaló. “La gente de Arizona merece respuestas del Departamento de Justicia y de la ATF”, reiteró Brewer.
La gobernadora se ha caracterizado por su continua insistencia al gobierno federal para reforzar la seguridad en la frontera con México.
Notimex