La Policía china detuvo a 608 personas y liberó a 178 niños al desarticular dos redes que se dedicaban a traficar de menores. Las bandas, secuestraban o compraban los niños a las familias pobres del mundo rural y luego se los vendían a parejas urbanas de clase media que no pueden tener hijos.
En dicha operación contra el tráfico de personas, participaron 5.000 policías de diez provincias que venían investigando ambos casos desde hace seis meses. Las indagaciones comenzaron en marzo, cuando la Policía empezó a sospechar de la existencia de esta trama tras un accidente de tráfico en la provincia sureña de Sichuan. Durante los últimos años, numerosas redes han sido descubiertas trasladando en autocares de línea a los bebés, que incluso son narcotizados para evitar que lloren durante el trayecto y son escondidos y atados de pies y manos en bolsas de viaje.
La segunda trama, descubierta en agosto en la provincia costera de Fujian, estaba dirigida por una mujer llamada Chen Xiumei.
Según el Ministerio de Seguridad Pública, que calificó la operación como “uno de los mayores éxitos en la lucha contra el tráfico de personas”, hasta 26 bandas mafiosas trabajaban para ambas redes. Desde abril de 2009, cuando la Policía lanzó una campaña contra el tráfico de seres humanos, han sido desarticuladas más de 7.000 tramas y liberados 18.518 niños y 34.813 mujeres.