El paciente liberiano ingresado por ébola en un hospital de Dallas (Texas), Thomas Eric Duncan, falleció a consecuencia de la enfermedad, según ha informado el propio centro médico. El de Duncan fue el primer caso del virus diagnosticado fuera de África.
Duncan llegó a Estados Unidos el 20 de septiembre, aunque no desarrolló los síntomas hasta el día 24. Dos días después, acudió al médico, pero volvió a su casa con una receta de antibióticos y no fue hasta el día 26 cuando quedó en aislamiento.
El paciente había recibido en los últimos días el medicamento Brincidofovir, desarrollado por Chimerix Inc y probado en más de mil pacientes sin aparente riesgo. Sin embargo, su estado de salud había ido empeorando y permanecía con ventilación asistida.
“Con profunda tristeza y sentida decepción, informamos de la muerte de Thomas Eric Duncan esta mañana a las 7.51”, ha anunciado un portavoz médico, Wendell Watson, en un comunicado. “Los profesionales, los médicos y enfermeras de la unidad, así como toda la comunidad del Hospital Presbiteriano de Salud de Texas, lamentan esta pérdida”, ha añadido.
Duncan contrajo el virus en Liberia, al estar en contacto con una persona enferma. Sin embargo, al abandonar el país ocultó esta relación, lo que llevó a las autoridades liberianas a amenazar con el procesamiento si el paciente finalmente se recuperaraba.
Tras este caso, que desató la alarma en el país comandado por Barack Obama, la Casa Blanca ordenó que todos los aeropuertos de Estados Unidos comenzaran a tomar la temperatura a los pasajeros que lleguen en vuelos procedentes de los países de África Occidental afectados por el brote de ébola, según informa la cadena estadounidense CNN, que cita a un "responsable federal con conocimiento directo" del caso y que ha precisado que la medida se comenzará a aplicar este fin de semana o la próxima semana. Según el "Washington Post", que cita fuentes federales, las medidas de vigilancia reforzadas empezarán a aplicarse en los cinco aeropuertos más concurridos del país. Así, los pasajeros procedentes de países de África Occidental deberán rellenar un cuestionario y se les tomará la temperatura a su llegada a los aeropuertos estadounidenses.