La Cumbre Mundial del Clima comenzó este lunes en Marraquech, Marruecos, con la esperanza de que se logre cumplir el acuerdo de París, que entro en vigor el 4 de noviembre tras ser ratificado por un centenar de países.

El tratado de París fue histórico y ratificado en menos de un año y Marruecos quiere activar los medios de financiación y defender los derechos de los países del sur, los que están amenazados por el cambio climático sin ser los responsables de esta situación.

Por su parte, el presidente de la COP22, el marroquí Salahedin Mezuar, sostuvo que esta cumbre constituye "un punto de inflexión" en la dinámica de la acción a favor del clima, y su objetivo es cambiar los paradigmas de desarrollo mundiales hacia una economía baja en carbono.

El Acuerdo de París tiene como fin último que la temperatura del planeta no suba más de dos grados a finales de este siglo respecto a 1890, y aglutina promesas nacionales de reducción de emisiones de cerca de 200 países que se irán revisando al alza cada cinco años para alcanzar este objetivo.

Sin embargo, la Organización Meteorológica Mundial alertó de que en 2016 se ha batido un nuevo récord en la concentración atmosférica de dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero.

Esto implica que el mundo está lejos de lograr los objetivos del Acuerdo de París, por lo que será necesario elevar el techo de los compromisos gubernamentales a este respecto.

Se espera que al menos 20 mil personas participarán en la cumbre de Marrakech, y 43 jefes de Estado y 32 jefes de Gobierno (la mayoría africanos) confirmaron su presencia en esta cita.

Uno de los grandes puntos a acordar es el económico, ya que se requiere de unos cien mil millones de dólares anuales, así como acordar quién los paga y cómo, sobre todo para apoyar a los países en vías de desarrollo.

También hay que conocer qué medidas concretas adoptará cada país para cumplir estos objetivos. Todos coinciden en que no será una cumbre de transición, sino una cita fundamental para el futuro del planeta.