El presidente ecuatoriano Daniel Noboa, de 37 años, juró este sábado su segundo mandato con la promesa de "salvar" al país de las mafias que lo azotan.
En su discurso de investidura ante la Asamblea Nacional en Quito, Noboa declaró: "Esta es una confrontación directa con estructuras criminales organizadas", asegurando que "no habrá tregua" en la lucha contra los grupos narcotraficantes que operan en el país.
Ecuador enfrenta una creciente ola de violencia vinculada al narcotráfico, con bandas locales como Los Choneros y Los Tiguerones, que mantienen alianzas con cárteles internacionales.
La situación se agravó en enero de 2024, cuando el país vivió una escalada de violencia sin precedentes, incluyendo motines carcelarios y atentados explosivos.
Ante estos hechos, Noboa declaró un "conflicto armado interno" y ordenó a las Fuerzas Armadas neutralizar a los grupos del crimen organizado, catalogándolos como organizaciones terroristas.
El mandatario, quien asumió el poder por primera vez en 2023 tras la disolución del Parlamento por Guillermo Lasso, fue reelegido en abril de 2025 con un 56% de los votos, superando a la candidata Luisa González. Su campaña se centró en la seguridad, la economía y la educación, prometiendo reformas significativas y sostenibles.
Durante su primer mandato, Noboa implementó la "Operación Fénix", una serie de operativos militares y policiales destinados a desarticular estructuras delictivas y detener a miembros de grupos de delincuencia organizada.
Además, su gobierno ha recibido respaldo internacional, incluyendo asesoría de militares estadounidenses de alto rango, para fortalecer las capacidades de las fuerzas de seguridad ecuatorianas.
En su segundo mandato, Noboa enfrenta el desafío de consolidar los avances en seguridad y abordar problemas estructurales como el desempleo, que afecta a una parte significativa de la población.
Con el respaldo mayoritario en la Asamblea Nacional, su movimiento oficialista ADN busca impulsar reformas clave para mejorar la situación del país.
La ceremonia de investidura contó con la presencia de delegaciones de más de 90 países, aunque fue boicoteada por la bancada correísta, que denunció fraude electoral sin presentar pruebas.
Con un enfoque de "mano dura" y promesas de reformas estructurales, Daniel Noboa inicia su segundo mandato con el objetivo de restaurar la seguridad y estabilidad en Ecuador.